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Cinco días después el ojiazul salio solo de la secundaria, y al olvidarse de su bicicleta no le quedaba de otra que caminar las cuadras hasta su casa, el rizado sin duda se encontraría en su casa aburrido como todas las tardes, ya que estaba mejor, pero Jay no quería que volviera a clases hasta el lunes, y para su suerte ya era sábado, porque el único que tenías que soportar las quejas del ojiverde era solamente Dylan.

Coloco sus auriculares, discando el número de su novio, estos últimos días era lo que hacia para que el ojiverde se mantuviera aunque sea un poco ocupado.

—¡Deme el celular, Aarón!—chillo Lucy desde la línea.

La rubia era demasiado inocente para enfadarse con alguien, al otro día había olvidado que en algún momento hubiera estado enfada con el ojiverde jugando de inmediato con su cabello, eso si, no se había vuelto a acercar a la piscina lo que preocupaba a Aarón de haberla dejado con algún trauma, pero Jay trataba de no preocuparlo recordandole que todo estaría bien con la rubia.

—¡Hola DyDy!—exclamo la niña con una sonrisa.

Dylan con los auriculares, comenzando a caminar las cuadras con las manos en los bolsillos de su canguro sonrió, comenzando a hablar teniendo sobre el la mirada de las personas, claro, parecía un loco hablando con la nada.

—Hola, linda, ¿Como se esta portando Aarón?

—¡Aarón no comió toda su sopa de pollo!—grito la pequeña.

Aarón exclamo desde atrás unas palabras pero Dylan no llego a captarlas, aunque si las carcajadas de su pequeña hermana una vez que el rizado le hiciera cosquillas.

—¡Mira Lucy comenzó Dora la exploradora!

Se escucho un chillido agudo de la pequeña y luego como esta corría hacia la televisión, Aarón victorioso sujeto el teléfono en sus manos.

—Hola bebe—murmuro el ojiverde.

 —¿Así que no comiste la sopa de pollo?

—¡Si la comí!—protesto el rizado.

Claro que no, la tiro al inodoro. Se escucho lejanamente la voz de la pequeña.

—Lu, concéntrate en ese tonto dibujo.

—¡Vamos c'mon vamos todos allá!—grito la niña entusiasmada.  

Aarón sonrió llevando nuevamente el teléfono a su oído.

—¿Y como te fue hoy?

A medida que avanzaba cortando camino por ambos lugares, el ojiazul charlaba felizmente con su novio a través de la línea, escuchando de vez en cuando un grito de la pequeña niña en ingles. Las personas ya estaban en sus respectivas casas una vez que el castaño seguía avanzando, ya nadie se encontraba en su al rededor. 

Giro rápidamente su cuerpo al escuchar unos pasos pero al observar, nadie se encontraba allí.

—¿Dy?

Aparto la mirada una vez que escucho nuevamente la voz de Aarón.

—¿Sucede algo?—repitió el rizado.

Y otros pasos se escucharon a su alrededor, girando nuevamente su cuerpo, y otra vez, nadie se encontraba, solamente el.

—¿Dylan?-insistió Aarón.

Dando una vuelta completa al lugar, y verificando estar completamente solo, trago saliva, tal vez los perros callejeros se encontraban al rededor.

—Estoy aquí, simplemente... nada, olvídalo. ¿Te sient-?

TODO POR TI Donde viven las historias. Descúbrelo ahora