MAS QUE UN JUEGO || FREENBECKY (G!P)

40. Nuestro nuevo hogar

FREEN

Era un día soleado y tranquilo cuando regresé a la casa de mis padres para recoger mis cosas. Había estado evitando este momento, no porque no quisiera verlos, sino porque sabía que significaba el cierre de un capítulo importante en mi vida. Al estacionar el auto frente a la casa, una oleada de recuerdos me golpeó con fuerza.

La casa estaba como siempre, con su fachada pintada de un color crema suave y las flores que mi madre cuidaba con tanto esmero adornando el jardín. Respiré hondo, tratando de mantener la calma.

Cuando entré, la familiaridad del lugar me inundó. Los muebles, los cuadros, el aroma a comida casera... todo era un recordatorio del lugar que siempre consideraría mi primer hogar.

:- ¡Freen!- escuché la voz de mi madre desde la cocina. No tardó en aparecer en la puerta, con una sonrisa cálida que no había cambiado en lo más mínimo. Se acercó y me dio un abrazo fuerte, uno de esos que siempre hacían que me sintiera segura.

:- Hola, mamá- dije con una sonrisa, correspondiendo al abrazo. - He venido a recoger mis cosas- dije

:- Lo sé, querida. Sabía que este día llegaría, pero aun así es difícil aceptarlo- respondió, soltándome para mirarme con cariño. - Tu padre está en el jardín, y Ongsan está en su habitación. Voy a preparar algo para que comamos antes de que te vayas- dijo

Asentí y le di las gracias antes de dirigirme al jardín. Allí encontré a mi padre, con su típica gorra y sus guantes de jardinería, ocupado en su eterno trabajo de mantener las plantas en perfecto estado. Al verme, se levantó y me saludó con un gesto.

:- Hola, papá-

:- Freen- dijo con su voz grave, dándome un abrazo más breve pero igual de afectuoso. - ¿Lista para mudarte definitivamente?-

:- Sí, creo que sí- respondí, aunque la verdad es que todavía me costaba procesarlo.

:- Me alegra que estés tomando este paso- continuó, observándome con esos ojos que siempre habían visto más allá de lo que decía. - Es una señal de que estás lista para lo que viene- dijo

Asentí, sabiendo que entendía lo que estaba sintiendo, incluso si no lo decía en voz alta. Después de unos minutos de charla, volví al interior de la casa, subiendo las escaleras hacia mi habitación.

Al abrir la puerta, una mezcla de nostalgia y melancolía me invadió. La cama, las estanterías llenas de libros y recuerdos, el escritorio donde había pasado tantas horas estudiando... todo seguía igual, como si el tiempo no hubiera pasado.

Me puse a empacar las cosas que me llevaría: algunos libros, ropa, recuerdos que quería tener cerca en mi nuevo hogar. Mientras guardaba una foto de familia en una caja, la puerta se abrió y apareció Ongsan, mi hermana menor.

:- ¿De verdad te vas?- preguntó, apoyándose en el marco de la puerta.

:- Si pero siempre que quiere puedes visitarme hermanita, además no dejare de venir aquí- le dije con una sonrisa.

:- Te voy a extrañar Freen - dijo con una mirada triste me acerque a ella y la abracé con Fuerza.

:- Solo no estaremos en la misma casa pero no dejaremos de vernos y estar juntas- le sonreí tiernamente.

:- Me lo prometes - dijo sonriendo un poco.

:- Lo prometo- dije abrazándola nuevamente.

Mi hermana menor había crecido hace poco había ingresado a la universidad a pesar de tener novia que casualmente llego a ser Sun la hermana menor de Becky Ongsan nunca dejado de ser esa pequeña que siempre buscaba mi atención me alegro de que no halla cambiado y siga siendo la misma de siempre.