20: No tienes derecho

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Capítulo 20: No tienes derecho

Ophelia Cappellari

—Nikolay. — Siseó confundida cuando se aleja; sin embargo, hace caso omiso a mis palabras volviendo a besarme. 

Confundida trato de corresponder aquel beso pasando mis manos a su cuello, sus frías manos suben a mis piernas hasta llegar a mi muslo metiendo su mano bajo mi vestido en cuestión de segundos.

El sonido de la puerta golpeándose con fuerza me hace reaccionar a tiempo empujándolo lejos de mí.

— Tú… ¿Por qué? — Me tocó los labios mirándolo. 

— ¿Cómo te estás yendo con los papeles que tenías que revisar? — Cambia de conversación drásticamente, como si lo que acabará de pasar simplemente fuera una ilusión mía. 

— No cambies de tema. — Rechino los dientes, molesta, ¿quién se cree para venir y besarme cuando le da la gana para luego actuar como si nada acabara de pasar? 

— Solo te estaba ayudando a lidiar con ella. — Miró atrás mío para darme cuenta de que esa mujer ya se había ido; sin embargo, no creí sus absurdas excusas.

— Podía sola. — Gruñó enojada. — No era necesario ese beso. 

— ¿Tanto te molesta mi beso? — Su pregunta me tomó por sorpresa. — ¿Tanto te molesta que te besé? 

— Sí. — siseó mirándolo. — Me molesta mucho — Aprieto el borde de la mesa. — No tienes ese derecho, tú y yo no somos nada, no puedes simplemente venir y besarme como si fuéramos algo más que socios.

— Segura. — Retrocedí apoyando mis manos en la mesa cuando se acerca a mí, metiéndose entre mis piernas. 

— Estoy segura. 

— Tu cuerpo no dice lo mismo. — Jadeó por el toque brusco de sus manos en mi cintura. — Con solo mi beso tu cuerpo tiembla en busca de más. ¿Lo sabías gatita? 

— Eso… eso es mentira. — Me defiendo ante sus acusaciones y él simplemente sonríe mirándome. 

— ¿Entonces quieres que lo pongamos a prueba?

— ¿Qué? —Parpadeó confundida y entonces su mano me atrae hacia su cuerpo, besando mi cuello. — Nikolay. — Jadeó por el contacto. Sus labios bajaron hasta mi clavícula, dando un leve apretón con sus labios, durante todo el proceso no dejó de mirarme. Su otra mano libre se adentra bajo mi vestido acariciando mi piel. 

— Tu cuerpo reacciona cada vez que lo toco. — Toma el delgado y fino hilo del vestido bajando. — pidiendo más contacto. — Negué con la cabeza negando sus palabras. — ¿Te gusta que te toque gatita? — Negué con la cabeza tapando mi boca cuando su mano aprieta uno de mis senos. 

— Mm… — Me resisto, intentando empujarlo, todavía no podía olvidar que estamos en un lugar de trabajo; sin embargo, fui salvada cuando tocaron la puerta. 

— Señorita se encuentra aquí. — Reaccionó empujando a Nikolay bajando del escritorio. Abrí la puerta para encontrar el mismo hombre en la mañana de nombre Darío, pero ni siquiera lo dejó hablar y salgo casi corriendo de la oficina. 

¿Qué diablos acaba de pasar? 

Casi me dejó llevar por el deseo si no fuera porque nos interrumpieron. Busque el baño desesperadamente hasta encontrarlo finalmente. 

Mojo mi rostro mirándome en el espejo.

Maldito Nikolay. 

Me mojé el rostro una y otra vez intentando borrar lo que acaba de pasar. Cómo detesto que tenga ese poder sobre mí. 

En Los Brazos De La Bestia [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora