En Los Brazos De La Bestia [+18]

38: Imbécil

Capitulo 38: Un grandísimo Imbécil

Ophelia Cappellari 

Me estaba batallando conmigo misma, estaba molesta conmigo misma, por todo ese lío que se ha formado ahí en mi pecho, que es imposible pensar claramente. 

No importaba lo que quería realmente en este momento, sino que lo importante es que muy pronto podría saber el culpable de la muerte de mis padres. 

Tres días han pasado desde entonces, a pesar de la preparación de la boda, he seguido yendo a la empresa con Nikolay, simplemente salíamos temprano para echar un vistazo sobre el proceso de la decoración.

El lugar de la boda era hermoso, estaba casi cerca de una playa, era un lugar enorme al aire libre. 

A pesar de todo lo que estaba pasando, parecía que la relación de Nikolay y yo, estaba empeorando. No parecía, lo estaba, estaba empeorando. Apenas nos dirigimos las palabras, o tendría que decir, a penas le dirijo la palabra porque qué aquel silencio, en aquel día, me lo había dejado claro. 

Él seguía amándola y jamás dejaría de hacerlo y eso era algo que tenía que grabar muy bien en mi cabeza. 

Había decidido que después de la boda tomaría la cirugía quirúrgica para mis dedos.

— Estoy cansada. — Bostezo. — No quiero ir. 

— ¿Vas a seguir actuando así conmigo? 

— No sé de lo que hablas. — Intente adelantarme; sin embargo, me toma del brazo dándome vuelta antes de que pudiera entrar en la mansión. 

— No me tomes por imbécil, Ophelia, desde hace días me has estado evitando. —Bramó. 

— Te equivocas, porque te estaría evitando, solo estoy un poco cansada por todo eso de la boda. 

— No me mientas, sé que a ti, más que nadie, no te importa esta boda. — Musitó sin soltar mi brazo. — Ahora dime por qué me has estado evitando. Se supone que hace días estamos bien. — Comenta con sus ojos reflejados confusión. — ¿Qué pasó? ¿Qué hice de malo, dímelo? 

— Nada. 

— ¿Entonces, por qué? — Me mira fijamente y hago el mejor esfuerzo para seguir con todo esto. — Porque no me miras. — preguntó de manera brusca. — Mírame joder. — gruñó molesto tirándome del brazo. 

— ¿Qué quieres que te diga? ¿O mejor que quieres escuchar, Nikolay? — Alejó mi brazo con brusquedad escapando de su agarre. — ¿Acaso no entiendes lo que te digo o qué, te lo digo y te lo vuelvo, simplemente estoy cansada? — Seguí mi camino. 

— Ophelia. — Me llamó por mi nombre a mi espalda, a pesar de eso no me di vuelta y simplemente entré en la casa ignorándolo. 

Pensé que alejarme de él sería fácil antes de que esto empeorara. Pero Nikolay era alguien que no se rendía fácilmente hasta conseguir lo que quería, pero yo, más que nadie, estaba haciendo el esfuerzo de mantenerme lejos de él antes de que sea demasiado para mí misma. 

Nikolay seguía enamorado de Evelyn, ese día me lo había dejado claro: él seguía amándola, mientras que yo solo había sido una estúpida al dejarlo entrar en mi corazón. Me sentía culpable por todo lo que estaba pasando. Me odiaba a mí misma por sentir lo que estaba sintiendo por él, me odiaba a mí misma, sabiendo que estaba enamorada del hombre equivocado, me odiaba a mí misma sabiendo lo que le estaba siendo a Evelyn y ella no merecía eso, no merecía que su hermana estuviera codiciando a su hombre. Y lo mejor que pude hacer, sabiendo que él todavía la amaba, fue alejarme.