35: miedo

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Capitulo 35: Miedo

Ophelia Cappellari.

Me agarró de los muslos, levantándome en sus brazos, con mi espalda, pegando en el cuerpo, sin siquiera dejar de besarme.

— Me vas a volver loco. — Susurró sobre mis labios, alejándose apenas para tomar aire.

— Ya estás loco. — Hundí mis dedos con más fuerza en su cabello.

— Tienes razón. — Sonrió levemente. — Ya estoy jodidamente loco por ti princesa, me beso nuevamente enterrando sus manos sobre mi piel.

— No me hagas arrepentirme de esto. — Lo tomé del rostro rozando nuestros labios. — No lo hagas.

— No te arrepentirás. — Me aseguro, esta vez profundizando el beso, correspondí hundiendo sus dedos en su cabello negro.

¿Arrepentirme? Por supuesto que lo iba a ser. Sabía que las adelante me arrepentiría más adelante, pero no había caso que siquiera escondiera aquellos sentimientos que había comenzado a sentir por él.

A pesar de saber que me iba a arrepentir, fue imposible retroceder atrás.

El día de trabajo pasó de un abrir y cerrar de ojos y poco a poco veía como todos se estaban retirando, incluso Elodie, estaba arreglando mis cosas para irme cuando la puerta se abrió.

— ¿Estás lista? —preguntó, y asentí. Ya era hora de irnos, el día había sido super largo y muchas cosas habían pasado.

Nikolay me extiende la mano esperando que lo tomé, dudé un segundo tomando su mano para irnos. Ambos salimos de la empresa subiendo el auto que se encontraba esperándonos y el chófer arrancó en camino hacia la mansión.

Bostece mirando la carretera, cada vez nos faltaba menos para llegar, pero mis ojos por poco estaban aguantando.

— Mierda… —Siseó tratando de mantener los ojos abiertos, cuando una mano paso en mi hombro.

— Puedes acostarte en mi hombro mientras llegamos. — No dudo ni un segundo, dejando mi cabeza caer en su hombro, cerrando los ojos lentamente.

No sabía ni cuando me había quedado dormida en su hombro, ni menos cuando llegamos, pero cuando abrí los ojos, me encontraba en mi cama.

Busqué mi celular, fijándome en la hora para darme cuenta de que eran las cuatro de la madrugada.

Debido a la oscuridad de la habitación casi no podía ver nada, me intentó acomodar en la cama; Sin embargo, una mano se encontraba aferrada alrededor de mi cintura, sin tener la intención de dejarme ir, estire mi mano lo más que pude finalmente llegará para prender la lámpara sobre la mesita de noche.

Me di la vuelta para encontrarlo. Nikolay estaba durmiendo profundamente a mi lado, sin siquiera soltarme, aunque intentaba sacar su mano.

— Dormido, eres tan diferente. —susurré con suavidad, tocando su nariz, bajando hasta llegar a su boca. Es increíble ver que, cuando estaba dormido así, se veía tan tranquilo, tan inocente como si no fuera capaz de hacerle ningún daño a nadie.

Mis manos subieron encima de sus ojos cerrados, deslizando mi dedo lentamente por sus pestañas. Mi dedo nuevamente subió tocando sus cejas gruesas y bien definidas.

Después de admirar su atractivo rostro por varios segundos, finalmente logré zafarme bajando de la cama. Me dirigí al baño quitándome la ropa mientras que abría el grifo, dejando que el agua cae en la bañera, para luego unos segundos meterme en ella.

En Los Brazos De La Bestia [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora