30: Su reemplazo

2.1K 218 34
                                    

Capitulo 30: Su Reemplazo

Ophelia Cappellari

Un jadeo involuntario sale por mis labios, cuando su lengua recorre todo mi lóbulo. Es increíble que, a pesar de cuánto odio ese hombre, mi cuerpo sigue reaccionando de esa manera debido a sus caricias. Y eso de alguna manera me enojaba. 

— Señor, llegamos. — avisó el chófer y se desliza besando mi cuello para luego subir hasta mi mandíbula. 

— Suéltame… — Jadeó apretando sus hombros y nuestros ojos se encontraron. 

— Es increíble, como un toque mío te hace temblar, gatita. — Me besa en el mentón sin dejar de mirarme, sin perder cada detalle de mi reacción. 

— Te odio. — Aprieto a su hombre con fuerza y él sonríe ante mis palabras. 

— ¿En serio? — Aprieta mi cintura entre sus manos. — Tu cuerpo no demuestra lo mismo. — Lo apartó con brusquedad, levantándome. — ¿Te escaparás? — Una risa resuena tras de mí mientras bajo del auto sin hacer caso a sus palabras. 

— Jódete. — Observó como baja del auto acercándose. 

— Ambos sabemos que lo de odiarme no va contigo, gatita. — Rodó los ojos ante sus palabras y lo peor es que tiene razón y es por eso mismo que trato de odiarlo con todas mis fuerzas. 

Un auto negro se detiene justo enfrente de mí, bloqueando mi paso, mientras Nikolay se acerca quedando al lado mío. 

Un hombre vestido con un traje rojo baja del auto, con el apoyo de un fino bastón. Es un viejo que aparenta más de 60 años, y es más bajo que Nikolay. Su aura le hacía notar que era una persona importante.

— Pero mira con quién, me encontré. — Sus ojos escanean a Nikolay, que se encuentra al lado mío y segundos después sobre mí. — Nikolay. — Extiende la mano y él lo toma, sin embargo, seguido después de eso, se limpia la mano, dejando el papel caer en el suelo enfrente del hombre, como si no fuera la gran cosa, causando que este suelte una carcajada amargada y obligada.

— Ya me preguntaba por qué no escuchaba la risa de las ratas hace tiempo. — sisea Nikolay tomándome en la cintura, tras notar la mirada del hombre sobre mí. — Ahora veo que ese rumor de que las ratas siempre andan de un lado a otro es cierto.

— Supongo que ella es Evelyn. — El hombre de cabello blanco frunce el ceño; sin embargo, se obliga a sonreír forzadamente. 

— Supongo que ella es tu prometida, Evelyn. 

— Así es. —Esta vez fui quien respondió, ya que parecía que estos dos estaban en un campo de batalla. 

Me quejo al sentir las manos de Nikolay aferrarse con más fuerza en mi cintura, obligándome a permanecer a su lado. 

— Me alegro de que hayas regresado, querida. — Sonríe cínicamente. — Después de tres años ya todos empezábamos a sospechar que tal vez te hubieras ido al otro lado del mundo. 

— Lo mismo diría, para usted, si desapareciera durante dos días, la edad en estos días es muy peligrosa. — Sonrió levemente y el hombre golpeó su bastón contra el suelo, ante mis palabras. Me cruzo de brazos dándole una sonrisa y eso parece enojarlo más. 

—¿Por cierto, cuándo será la boda?— Volteó a mirar a Nikolay sin entender aquellas palabras. ¿Boda?

— Probablemente, sea en unas semanas. — Responde como si nada. — Como sabes, mi prometida ha estado en el extranjero por años cumpliendo su sueño. — Me mira sonriendo y aprieto los labios, mirándolo confundida.

En Los Brazos De La Bestia [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora