En Los Brazos De La Bestia [+18]

36: Hospital

Capitulo 36: Hospital

Ya había salido del baño, poniéndome una bata de color blanco. Estaba en enfrente del espejo secando mi cabello. Al igual que Nikolay, que se encontraba en la cama, con una bata igual que la mía. No tenía cara para mirarlo después de todo lo que pasó con nosotros en el baño. 

—Perdóneme por haberte presionado. — Doy la vuelta tras escuchar sus palabras de disculpas en serio, no me lo esperaba.

— Nikolay. 

 — Sé que hay muchas cosas que todavía no sé de ti, Ophelia, pero prometo que esperaré hasta que tú tomes la decisión de decírmelo. — Pensé que estaría enojado tras el problema que conformó con nosotros en el baño, pero no, ahí estaba él disculpándose conmigo. — Se levanta acercándose y toma el secador que se encontraba en mi mano. 

— Lo siento. — Me disculpé mientras que él me obligaba a darme vuelta, a mirar el espejo, y comenzaba a ayudarme a secar mi cabello. — Solo que todavía, no creo… 

— Está bien, no importa, toma tu tiempo. — Me miré a través del espejo y nuestros ojos terminaron encontrándose. 

Sonreí levemente, no estaba en mis planes decirle nada de lo que sea de mi pasado, pero haber oído que él esperaría que cuando estuviera lista para decírselo de alguna manera me hacía pensar que llegaría un día en que pudiera decirle todo sin miedo. 

— ¿Y qué pasa si te digo algo malo que pasó conmigo? 

— Mientras alguien no te haya hecho daño, está bien, porque si fuera lo contrario, yo mismo me encargaría de matarlo con mis propias manos. — Me ríe tras escuchar sus palabras, era increíble como de un momento a otro nuestra relación se había vuelto así, pero estaba conociendo un lado de Nikolay que nunca antes había conocido. 

Terminado de secar mi cabello, deja el secador a un lado recogiendo mi cabello hacia atrás. 

— ¿Qué tratas de hacer? — Cuestione al darme cuenta de que había quedado varios segundos recogiendo mi cabello hacia atrás. 

— Quería amarrarlo. 

— Sin nada. — Lo miré a través del espejo con una sonrisa y él hizo lo mismo. Tomé un cole en el mueble y se lo entregué, y unos segundos ya tenía el cabello recogido hacia atrás. — Me sorprende que lo hayas hecho tan bien.

— Aunque es sorprendente, es mi primera vez haciéndolo. —Enarqué la ceja mirándolo, esperaba otra respuesta, al menos esperaba que me respondiera que se lo ha hecho con Evelyn. — Evelyn no me dejaba tocar su cabello, por ningún motivo. — Asentí escuchando sus palabras, Evelyn tenía una obsesión con su propio cabello que le llevaba a la cintura, nunca se lo había cortado, cada sábado iba en un salón para de belleza, para cuidar su cabello, a diferencia del suyo mi cabello me llegaba bajó del hombro, debido a que me lo había cortado varías veces intentando escapar de ese infierno.

Pero era sorprendente, que ni siquiera a él lo había dejado tocarlo. 

— Entonces, seguiremos en la cama. — Negué con la cabeza. 

— No, iré a correr, quiero comenzar con una rutina de ejercicios. — Me mira por unos segundos. — ¿Qué? 

— Nada te acompañaré. — Asentí, que no esperaba que él se ofreciera a ir conmigo. 

— Ahora tengo que vestirme. ¿Saldrás o? — suelta una risa interrumpiendo mis palabras. 

— Gatita, ya he visto todo, ¿qué te asusta ahora? — Mi rostro se calentó en cuestión de segundos ante sus palabras.