𝐃𝐀𝐘𝐋𝐈𝐆𝐇𝐓- 𝐒𝐔𝐊𝐔𝐍𝐀 𝐗 𝐋𝐄𝐂𝐓𝐎𝐑𝐀

𝟐𝟗.-𝐒𝐄𝐖 𝐘𝐎𝐔𝐑 𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓

"Pasajeros del vuelo AT-072 con destino a Australia favor de dirigirse a la puerta de abordar número 7... Repito, pasajeros del vuelo AT-072 con destino a Australia favor de dirigirse a la puerta de abordar número 7"

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-"El largo vuelo me dio tiempo de avanzar en la lectura de documentos que debo firmar una vez que regresemos a casa... La señorita azafata también fue tan atenta en llenar mi taza de café cada que daba rondas... Si lo sé, no fue solo café, alterne con tés también; no te preocupes cariño.

¿Cómo lo están pasando ustedes?, ¿Los chicos están disfrutando de la nueva casa de los abuelos?...me siento mal por no haber estado con Hina viéndolo nadar solo por primera vez pero te amo mucho por el vídeo que mandaste... Haré una parada de una noche antes de llegar con ustedes; Si, todo está en orden amor, solo quiero visitar al señor Mannu y dejar las cosas preparadas para pasado mañana... Hola mis amores, ya llegué pero hasta mañana estaré con ustedes así que ayuden a papá y denles espacio personal a los abuelos. Los amo mucho, nos vemos mañana..."

En el taxi que tome del aeropuerto hacía el departamento no hacía más que pensar en cuanto había cambiado mi vida estos últimos 6 años, ahora el pasado ya no me parecía negro y desolador; ahora era simple gris y esperaba que más adelante pudiera verlo con sus colores reales. 6 años podrían no parecer muchos pero en esos años habían pasado muchísimas cosas y con lágrimas y sonrisas las recordaba.

-"hemos llegado a su destino señorita, serán $25 dólares -le paso el dinero al conductor-, Buena elección es este complejo de departamentos; desde que el nuevo dueño lo adquirió, es de los más cotizados para hospedarse aquí en Sidney. Que disfrute su estancia, bienvenida"

Agradecí al conductor y bajé del taxi. Amaba cuando escuchaba hablar a las personas de mis méritos y de la buena impresión que estos daban, me ponía feliz y de buen humor pues todo mi trabajo y el de mi equipo valía la pena.

Entre al impecable edificio y el buen Mannu me recibe con un hermoso ramo de gerberas y una sonrisa paternal. La amistad y negocio que tenemos es de las más sanas que pueden haber; cuando compré el edificio fue por el extraño cariño que le había tomado a ese pequeño colorido departamento en el que me quedé mis primeros días aquí cuando huí de casa. Después cada que venía a visitar a Ryomen, si bien mis suegros no tenían problema con que me quedara con ellos -y si me quedaba algunas noches a dormir ahí- o Satoru ofrecía también su departamento, prefería rentar este y así podernos escapar solos los dos.

3 años después de estar de visita y rentar siempre el mismo cuartito, fue el señor Mannu quien me dijo que estaba el rumor de que pondrían a la venta el edificio porque el dueño anterior ya no quería seguir administrandolo y ahí fue donde tomé la oportunidad, había esa corazonada que me decía "es tuyo" desde el primer momento que pise aquí y así terminó siendo.
Después del divorcio y que me quedara con unos cuantos contratistas inmobiliarios de los Zen'in, ofrecí la oportunidad de restauración del edificio -sin tocar nada de mi departamento- y solo los Momosono fueron los que tomaron el reto, y yo agradezco mucho que hayan sido ellos pues su profesionalismo y estilo ha sido lo que atrae que sea uno de los más llamativos y populares de la zona; un año fue el plazo de entrega y valió la pena cuando hicimos la inauguración de reapertura.

De ese simple edificio no quedaba nada, la recepción fue remodelada y se amplió con una salita de visitas, baños con regaderas y una bodega para resguardar equipaje. Las habitaciones y departamentos fueron remodeladas por dentro, unas con colores neutros y otras con colores brillantes; muebles y cocinas nuevos y las puertas fueron reemplazadas por puertas nuevas con chapa de código.
Cada 2 pisos había baños de emergencia, máquinas de hielo y un cuarto de lavado. Para finalizar la terraza fue renovada desde cero con barandales nuevos y altos para evitar accidentes,  baños con regaderas, una piscina mediana y un pequeño salón para convivencias. De verdad que los Momosono me dejaron llorando de lo lindo que quedó todo y yo no podía estar más que feliz. Aun así viendo lo nuevo que estaba todo, cuando yo entraba a mi pequeño departamento, me hacía recordar cuanto había crecido, cuánto había madurado y todo lo que había aprendido en estos 6 años.