Algo cursi

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Algo cursi 

Después de todo, cuando Jimin le propuso a Suga escoger el siguiente lugar al que le gustaría ir para completar su primera cita de hoy, el pelinegro había escogido una cancha de baloncesto.

—Hyung, yo quería ir al cine —se quejó Jimin, con un rostro insatisfecho y los labios formando un puchero. Suga sonrió al ver su expresión decaída.

—Bueno, este es un buen lugar para tener una cita conmigo —respondió Suga, sonriendo.

—¿Cómo podría ser? —preguntó Jimin, cruzando los brazos y mirando alrededor con escepticismo.

—Vamos, deja de quejarte y empecemos a jugar. Para que veas que soy muy bueno, te dejaré empezar primero. —Le lanzó la pelota a Jimin con un movimiento preciso—. Serán cinco puntos máximo. Al final, si encestas más veces que yo, entonces podrás pedir un deseo.

—¿Un deseo? —La expresión de Jimin mejoró visiblemente, con sus ojos brillando con interés—. ¿Cualquier deseo?

—Cualquiera. —Asintió Suga con una sonrisa —. Bien, ¡empieza el juego!

Jimin, ahora entusiasmado, se colocó en posición para empezar a jugar.

Sin embargo, ni bien dio un paso, Suga le quitó la pelota con rapidez y encestó de inmediato.

Jimin lo miró indignado, levantando el dedo. —¡Eso no es justo!

Suga le devolvió la pelota, riendo. —Claro que es justo. Segundo intento. —Le lanzó la pelota de nuevo.

Esta vez, Jimin adoptó una expresión concentrada. Trató de correr rodeando la cancha, pero Suga le quitó la pelota fácilmente otra vez.

Jimin se quejó de nuevo, frustrado. En el cuarto punto que iba lograr Suga, Jimin decidió lanzarse sobre él, logrando que el pelinegro no pudiera encestar, y ambos cayeron al suelo.

Jimin se levantó rápidamente, tomó la pelota y corrió hacia la cesta. Después de diez intentos fallidos, finalmente logró encestar la pelota, mientras Suga miraba sentado en el suelo con diversión.

—¡Sí! —gritó Jimin feliz, saltando de alegría por su primer punto.

Suga negó con la cabeza, riendo. —Ahora entiendo por qué no te gusta el basquetball.

Jimin se detuvo, respirando con dificultad pero con una sonrisa amplia en su rostro. —¿Quién dijo eso? Ahora me gusta, ¡Hyung, anote un punto!

Suga se levantó, sacudiéndose el polvo de la ropa. —Veamos si puedes ganarme.

Estaban tres a uno a favor de Suga, pero pronto quedaron empatados gracias a los lanzamientos de Jimin y a sus tácticas ingeniosas para impedir que Suga tirara la pelota. Inmovilizó sus brazos, abrazó sus piernas, haciendo todo lo posible para impedir que Suga encestara. Suga, consternado al principio, pronto comenzó a divertirse de verdad. La persistencia de Jimin era adorable y al mismo tiempo admirable.

Jimin estaba exhausto, pero no podía dejar de reírse. Suga no podía deshacerse de sus abrazos, y cuando finalmente lo hizo, Jimin tomó la pelota e intentó encestar una y otra vez sin éxito. Suga, viendo la frustración y los pucheros de Jimin, decidió ayudarlo por compasión.

Se acercó a Jimin y dijo con una sonrisa. —A ver, déjame enseñarte.

Sutilmente se colocó detrás de él, posicionando sus manos sobre las de Jimin para guiar sus movimientos.

—Dobla un poco más tu brazo —instruyó Suga suavemente, ajustando la posición del brazo de Jimin—. Utiliza la muñeca... así.

Jimin siguió las indicaciones, sintiendo la cercanía y el calor de Suga a su espalda. Con la ayuda de Suga, lanzó la pelota, que finalmente entró en la canasta con un suave arco.

—¡Lo logré! —exclamó Jimin, girándose para abrazar a Suga con entusiasmo.

Suga no se resistió, devolviéndo el abrazo satisfecho.

—¡Hyung, ahora estamos tres a cuatro! ¡Voy ganando!—gritó Jimin, deshaciendo la sonrisa de Suga.

—¿Qué? —Suga frunció el ceño—. Ese tiro no tuvo validez. Solo te estaba enseñando.

Jimin se separó del abrazo de Suga con un salto—. ¡Claro que sí! Vamos, Hyung, ¿tienes miedo?

Suga resopló, Jimin sabía cómo prender su competitividad en él—. Bien, entonces es mi turno.

Suga obtuvo la pelota, pero esta vez puso una cara seria y se movió con una agilidad, evitando que Jimin lo atrapara. Anotó rápidamente otro punto. Ahora estaban cuatro a cuatro. Jimin realmente tenía que detener el último intento de Suga.

Suga hizo rebotar la pelota unas cuantas veces, mirando fijamente a Jimin, quien abrió los brazos, preparándose para atajar.

—¿Me pregunto qué harás esta vez? ¿Vas a saltar como un mono sobre mí, vas a agarrarme los pies o los brazos? —dijo Suga con un tono burlón, sin embargo, Jimin se movió rápidamente. De repente, un beso fugaz llegó a sus labios, dejándolo en seco.

Aprovechando la sorpresa, Jimin le quitó la pelota y corrió hacia la canasta. Gracias a las instrucciones Suga, Jimin logró encestar con éxito.

—¡Gané el juego! ¡Gané! —gritó Jimin, corriendo y saltando por toda la cancha, inmensamente feliz.

Suga se quedó sorprendido, aún procesando lo que acababa de suceder. Las artimañas de Jimin realmente lo habían dejado paralizado. Soltó un largo suspiro, sacudiendo la cabeza negando, caminando hacia él—. Sin duda, eres el mejor estafador que he conocido en toda mi vida.

Jimin, todavía emocionado, se detuvo y miró a Suga con una gran sonrisa. —Gracias, Hyung. Es el mejor cumplido que me han dicho.

Suga rió suavemente, acercándose a Jimin y colocando ambas manos en su cintura con suavidad, atrayéndolo hacia él. —Bien. Tu ganaste ¿Qué vas a pedir de deseo?

Jimin alzó los brazos rodeando el cuello de Suga con cariño, compartiendo la calidez. Pensativo, negó con la cabeza. Dijo: —Todavía no lo sé. Te diré cuando lo sepa.

—Pensé que dirías algo cursi como: "Deseo estar contigo para siempre"—dijo Suga, luciendo una sonrisa coqueta al hablar.

—¿Y escuchar eso te hace ilusión?—Jimin río junto a un repentino rubor, distraído con la brillante sonrisa que hacía Suga tan cerca de él.

—Bueno, después de una buena dosis de estar a tu lado, mentiría si dijera que no. ¿Y escuchar eso te hace feliz?

Jimin asintió tan felizmente, y siempre que sus corazones latían así, acelerados, Jimin sintió aquella intensa sensación floreciendo en su interior cada vez que miraba los ojos de Suga, como miles de mariposas agitándose en su corazón y recorriendo cada rincón de su cuerpo. ¿Esto era estar enamorado? Entonces, estaba encantado y perdidamente enamorado.

Lo besó en los labios.

El Mismo Cielo (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora