Deseo cumplido
Jimin se sintió abrumado y lleno de incertidumbre. Cuando abrió los labios, apenas pudo murmurar: —Yo...no lo valgo.
Los ojos de Suga se endurecieron, y el temor se reflejó en su rostro al escuchar esas palabras inseguras de Jimin. —¿Qué estás diciendo?
—Espero que cambies de opinión—pidió Jimin, su voz desapareció lentamente mientras pedía aquello. —Yo... quiero que mi padre sea liberado.
Suga se quedó paralizado por un momento, incapaz de procesar lo que acababa de escuchar y lo que realmente todo aquello significaba. Dijo suavemente. —Jimin, no lo comprendes. Yo puedo arreglarlo. Confía en mí.
Jimin entrecerró los ojos.
—¿Confiar?—susurró, con tono bajo, lleno de dolor contenido. Clavó su mirada en Suga, con una mezcla de resentimiento y desilusión que oscurecieron sus ojos. —Confié en ti más que en nadie, más de lo que jamás imaginé confiar en alguien. Contra todo y todos, lo hice. Pero dime, ¿acaso tu nombre siquiera era cierto?
El silencio que siguió fue sofocante. Suga se quedó callado ante aquello. Entonces, una sonrisa débil se dibujó en los labios de Jimin, sus ojos reflejaron una tristeza profunda.
—No tienes idea de cuánto quise que Jungkook se equivocara al decirme que no eras de confiar, hyung. No sabes cuánto lamento haber ignorado sus palabras.
—¿Te arrepientes de haber confiado en mí?—La voz de Suga salió apenas en un susurro.
—Si nunca hubiera pasado—continuó Jimin, ligeramente temblando—, no tendría que estar pasando todo esto. Y JungKook aun tendría un padre.
Los ojos de Suga chispearon con resentimiento, y una risa amarga escapó de sus labios al comprender las palabras de Jimin.
—¿Te preocupa Jungkook?—espetó, con su tono agriado. —¿Y qué hay de mí? Yo también tengo un padre, un hombre que me dejó sin dudarlo, que se preocupó más por otro niño que por su propio hijo. Dime, Jimin, ¿acaso no merezco un poco de tu compasión?
Jimin apretó los labios por las palabras de Suga.
—Jungkook solo tiene a su padre—dijo con voz trémula, casi implorante. —¿Qué hará cuando sepa la verdad? ¿Vas a arrebatarle lo único que le queda?
Suga enderezó la espalda, su expresión se endureció.
—Jimin, parece que lo único que te importa es Jungkook. Así que yo me ocuparé de lo mío. No aceptaré la propuesta de mi abuelo, aunque eso signifique poner en riesgo la libertad de tu padre.
Jimin retrocedió un paso, como si hubiera sido golpeado por las palabras de Suga. Suga se mantuvo firme. Jimin, por un momento, apenas pudo reconocer al chico que tenía frente a él. El chico que solía protegerlo, que lo había tratado siempre de forma especial, ahora parecía un extraño. Apenas ayer habían tenido su primera cita ¿Qué había sucedido?
Al recordar que su abuela estaba el hospital y su padre en la cárcel, atormentaron la mente de Jimin. El remordimiento y la ira se entrelazaron en su interior, hasta que las palabras brotaron de sus labios con una dureza inesperada. —Mi padre está en la cárcel y mi abuela está en el hospital, todo lo que esta pasando es por tu culpa ¿Sabes? No tienes idea de cuánto te odio por eso.
Jimin, al darse cuenta del impacto de sus palabras, vio cómo la expresión de Suga se desmoronaba. Suga parpadeó, sorprendido por la ferocidad de esas palabras. Por un momento se quedo en silencio, congelado.
Luego, Suga asintió con una ligera sonrisa vacía.—Esta bien, entiendo tu odio hacia mi, crees que tengo la culpa, y yo no hare nada para hacerte cambiar de opinión. Pero Jimin, aun así no aceptare la oferta de mi abuelo, me quedare aquí, aunque a nadie le guste—respondió con una calma que solo aumentó la desesperación de Jimin.
—Te presenté a mi familia...—comenzó Jimin, mientras sus ojos se llenaban de lagrimas. —Te llevé a mi casa... ¿Fue mi error, hyung? Al menos, al menos las palabras que me dijiste la otra noche... ¿al menos eran ciertas?
Los ojos de Suga se suavizaron al ver la expresión de Jimin. —Claro que eran ciertas.
Y Jimin, aferrándose a esa mínima esperanza, intentó con su última pizca de fuerza. —Entonces, por eso... deja que mi padre salga de prisión. Te lo suplico...—La desesperación en su tono era palpable.
Suga desvió la mirada por un instante, como si esas palabras le hubieran causado un dolor que no quería mostrar. Pero cuando volvió a hablar, su tono aún era firme. —No.
—¿Por qué...? —preguntó Jimin, con la voz quebrada, incapaz de entender.
Suga cerró los ojos por un momento, los recuerdos que empezaron a llegar a su mente, solo un pequeño rostro bañado en lágrimas era el protagonista, el rostro de un niño especial en su corazón que fue secuestrado cruelmente. Cuando finalmente abrió los labios, su voz se transmitió con profunda tristeza, mezclada con un rencor que había estado cultivando durante años. —Porque no se lo merece.
Escuchar aquello fue como una puñalada para Jimin. Con el corazón roto, habló:
—Quiero pedir mi deseo, el que me gané en ese juego... ahora mismo —dijo—. Quiero a mi padre libre.
Suga se acercó a él con suavidad, y murmuró muy despacio. —¿Aunque nunca más vuelvas a verme? ¿Ese es tu deseo?
Jimin reunió todas las fuerzas que le quedaban y levantó la mirada. —Lo es.
Suga asintió lentamente con la cabeza. —Bien. Entonces, ya puedes irte.
El silencio entre ellos se tornó insoportable, y en un arrebato de fuertes emociones, Suga lo empujó con firmeza. —¡Vete! —gritó, con furia y tristeza—. ¡Vete ya!
El abuelo hizo un gesto imperioso hacia uno de sus hombres, quien se acercó a Jimin con una expresión profesional pero indiferente. —Le mostraré la salida. Por aquí, por favor —dijo el hombre, su tono impersonal y cortante.
Jimin, aún con los ojos húmedos, no desvió la mirada de Suga, como si no creyera lo que habia hecho. Pero, finalmente, se volvió hacia el abuelo. —Espero que cumpla su promesa —dijo, mientras una lagrima caia en sus mejillas.
—Soy un hombre de palabra —respondió el abuelo, con tono frío y decidido.
Jimin asintió, aceptando la fría garantía, y se dio la vuelta. Con una última mirada hacia Suga, que permanecía en su lugar, Jimin se alejó sin mirar atrás.
El salón quedó en silencio. El abuelo se puso de pie con calma. Dejó que su sirviente le colocara la chaqueta, sin mostrar ningún signo de prisa o preocupación.
Con un paso firme, se acercó a su nieto, que permanecía inmóvil. Dijo:
—Aunque él sea la persona que deseas que sea, yo jamás aceptaré ese tipo de relación.
Sin esperar una respuesta, el abuelo dio media vuelta y se dirigió hacia la puerta, dejando a Suga en el centro del salón.
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El Mismo Cielo (Yoonmin)
Romance¿Quién es el chico del tren? ¿Jimin tendrá la oportunidad de volver a encontrarse con él? Emociones intensas, encuentros inesperados y un pasado envuelto en misterio. • Pareja principal: Yoonmin • Copyright: Marfeopy • Historia en proceso.