Sentimientos complicados

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Sentimientos complicados

Jimin salió de la casa con la mente hecha un torbellino, lleno de sentimientos profundos que internamente lo estaban hiriendo. Parecía que el destino no parecía haber terminado con él. Y justo cuando pensaba que no podía recibir peores noticias, cuando creía que el caos de los últimos días había alcanzado su límite, la realidad le golpeó con una nueva sorpresa, y es que al cruzar la puerta de su casa, lo primero que vio fue a Suga, de pie frente a él.

Jimin inmediatamente detuvo sus pasos.

Había pasado una semana desde aquel día en que se dijeron muchas cosas, una semana desde que Jimin le había obligado aceptar la oferta de su abuelo. Pensó que nunca volvería a verlo. Se había preparado mentalmente para vivir con ese vacío, aceptar que Suga nunca más volvería a estar frente a él. Pero ahora, verlo allí, a unos metros de distancia, lo dejó completamente sin aliento.

Suga estaba rodeado de muchos hombres, todos vestidos con trajes oscuros, junto a un auto negro estacionado frente a la casa de Jungkook. El tiempo pareció detenerse mientras ambos se miraban, asombrados, incapaces de apartar la vista el uno del otro.

Los ojos de Suga, que alguna vez habían brillado con calidez y afecto hacia él, ahora eran fríos, casi vacíos. Pero ese breve instante de reconocimiento se rompió rápidamente. Suga desvió la mirada, ignorando su presencia por completo, y comenzó a caminar hacia la casa de Jungkook. Al verlo dirigirse hacia allí, el corazón de Jimin se aceleró, llenándose de miedo. ¿Qué planeaba hacer?

La respuesta llegó a su mente como un rayo, "Suga estaba allí por el señor Joonsuk", al comprender esto el pánico se apoderó de él. No podía permitir que Suga hiciera algo que destruyera la vida de Jungkook. No podía dejar que eso pasara.

¿Cómo reaccionaría Jungkook cuando se enterara de la verdad, cuando supiera que el hombre que había llamado padre durante toda su vida no era en realidad su verdadero padre? Sin pensarlo dos veces, Jimin corrió para alcanzarlo. Pero los hombres de Suga le cerraron el paso, bloqueando su camino fríamente.

—¡Déjenme pasar! —gritó Jimin.

—No está permitido —respondió uno de los hombres.

—¡Suéltenme! ¡Háganse a un lado!—volvió a gritar Jimin, mientras intentaba pasar.

—No me obligue a usar la fuerza.

De pronto, un hombre alto apareció entre los guardias. Jack intervino en la situación, colocando una mano sobre el hombro del guardia que estaba a punto de detener a Jimin.

—Yo me encargo —dijo Jack con voz segura. Se acercó a Jimin y le habló en un tono más suave—: No puede pasar, por favor, espere un momento.

—¿Esperar? —replicó Jimin con una risa amarga, mientras miraba a Jack directamente, aquel quien creía que era el tío de Suga, ¿Cómo había podido creer en tal mentira? —. No me pida eso. Él va a arruinar la vida de mi amigo. Su padre es lo único que tiene. No lo permitiré. ¿Acaso no han tenido suficiente con lastimar a mi familia? ¿El señor Min dijo que su nieto se iría a otro país, por qué no se ha ido todavía?

Jack guardó silencio por un momento, como si comprendiera el sentir de Jimin. Finalmente, respondió:

—Lamento que hayamos interrumpido, pero está es la última voluntad del joven Min. Por el futuro, no tendrá que preocuparse, el joven Min se irá está misma noche.

Aunque Jimin ya tenía conocimiento sobre ello, saber que Suga se marcharía de verdad, que esta podría ser la última vez, fue como una fuerte puñalada al corazón. Se quedó paralizado, incapaz de moverse, con el corazón latiendo con fuerza en su pecho. "Esta noche", pensó, y la realidad de esa partida lo dejó otra vez sin aliento.

De pronto, Suga salió de la casa de Jungkook, Jimin lo siguió con los ojos, y el tiempo pareció detenerse mientras observaba cómo Suga caminaba hacia el auto, rodeado por sus hombres. No hubo ninguna última mirada, ni una palabra de despedida. Suga simplemente subió al auto, y en cuestión de segundos, el vehículo se alejó.

Jimin sintió que le dolía profundamente el corazón, mientras sentía que le picaban los ojos, una ligera capa de lágrimas comenzó a llenar sus ojos, pero se negó a dejarlas caer. Con una determinación frágil, se dirigió hacia la casa de JungKook.

Al entrar, lo primero que notó fue el silencio abrumador. JungKook no estaba, pero el señor JoonSuk permanecía inmóvil en medio de la sala, junto a unos documentos que sostenía en las manos. Su rostro estaba pálido, y su expresión estaba desencajada. Jimin se acercó lentamente, notando cómo el hombre mayor se desplomaba en el asiento.

—¿Tío, está bien? —preguntó Jimin, inclinándose frente a él, preocupado.

El señor JoonSuk levantó la mirada, perdida y llena de incredulidad. Murmuró, casi para sí mismo—: ¿Mi hijo? —Su voz se quebró débilmente—. ¿Es mi hijo?.

Jimin sintió una oleada de culpa atravesarlo. Se sentó junto a él, lleno de remordimiento—: Lo siento, tio. Es mi culpa.

El señor JoonSuk reaccionó de repente, cómo si no hubiera escuchado sus palabras. Apretó el papel con fuerza. Rápidamente, se dirigió a coger su chaqueta, decidido.

—¡Tío, a dónde va! —exclamó Jimin, sorprendido por la repentina urgencia.

—A buscar explicaciones —respondió el señor JoonSuk, y salió apresuradamente de la casa, dejando a Jimin solo en la sala.

Con el corazón pesado, Jimin se alejó de la casa de Jungkook. Sus pasos lo llevaron a un parque cercano, a un rincón dónde yacía un pequeño escondite, y dónde en varías ocasiones solía esconderse de niño cuando tenía miedo o estaba asustado. Los nuevos sucesos eran aún peores que cualquier pesadilla. Por eso, Jimin comenzó a llorar en ese reducido espacio. Así como la tristeza no cesaba, tampoco pudo detener sus lágrimas una vez empezaron a caer.

Lloró por todo lo que había pasado, pero en especial por todo lo que le habia dicho a Suga ese día, ahora nunca más volverían a verse. Jimin se abrazó a sí mismo. — ¿Por qué todo esto está pasando? —murmuró, con una voz apenas un hilo. Sentía que todo lo que había conocido, todo lo que había querido, se estaba desmoronando a su alrededor.

El Mismo Cielo (Yoonmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora