Amor Letal

CAPÍTULO 4

MORGAN

Hace unos meses le pedí a mamá que nos dejara venir al pueblo donde ellas se conocieron, Kaia; mi hermana menor y yo, queríamos alejarnos un poco de la ciudad, necesitábamos un poco de tranquilidad, sobre todo Kaia, a veces le abruman los sitios con demasiadas personas y últimamente necesitaba algo de espacio.

Mi hermano gemelo; Liam, no quiso venir con nosotras, prefirió quedarse en la ciudad, ama estar con nuestras madres, sobre todo ir a los entrenamientos de mamá con la tía Adhara y Margot.

Sé que no somos una familia "normal", si es así como pueden llamarse las familias perfectamente felices en las que solo importa la burbuja que crean a su alrededor, pero mi familia no es eso, mi familia vela por los intereses de otras personas. Al inicio no lo comprendía, no sabía porque viajábamos tanto o porque siempre habían personas cuidándonos a donde sea que vayamos.

Al inicio mi mamá Olivia nos decía que era por trabajo, asuntos de la firma y nos explicaron lo que conllevaba el tener el apellido Young. Pero Liam y yo no nos conformamos con esa explicación, así que nos metimos en problemas muchas veces por saber que era lo que ocultaban, hasta que Kaia un día nos dijo.

«Sangre, siempre huele sangre».

No comprendimos porqué lo dijo, hasta que nos metimos en el laboratorio de la tía Ann. Jamás olvidaremos lo que vimos ahí, salimos tan asustados que mamá tuvo que explicarnos muchas cosas sobre la vida real, sobre todo lo que pasaba allá afuera con las personas indefensas, nos explico que aunque para el resto del mundo ellas eran villanas, para las personas que no tenían cómo defenderse, siempre serían heroínas y que no importaba lo que los demás pensaran si al final del día podían ver como las personas que rescataban seguían con su vida y la gratitud en sus miradas era todo lo que necesitaban para continuar haciéndolo.

Kaia dijo algo más cuando nuestras madres nos explicaban, tomo el rostro de mamá Olivia y le sonrió, Kaia no lo hacía, nunca lo hacía hasta ese momento, le dijo a mamá que nadie más le haría daño otra vez. Mamá lloro por lo que dijo y por verla sonreír, Kaia siempre permanece en silencio, pero siempre escucha todo, siempre presta atención hasta el más mínimo detalle de las cosas.

«Un arma de doble filo», le llamo yo.

Hasta hace unos meses mamá Olivia nos contó su verdad, dijo que quería esperar a que fuéramos lo suficientemente conscientes para entender lo que había pasado. Creo que jamás había experimentado tantas emociones como ese día, no podía imaginar lo que fue la adolescencia de mi mamá, ¿por qué alguien le haría eso?, mamá Olivia es tan cariñosa, siempre tiene una sonrisa para nosotros, siempre brilla y eso es algo que ahora admiro aún más.

Una vez me senté a charlar con mamá Alice hasta la madrugada, le hice muchas preguntas sobre su adolescencia, sobre su historia con mi mamá Olivia y me cautivó la idea de ese amor adolescente, el encontrar a tu alma gemela aún en la peor de las circunstancias, aunque se que las cosas no siempre suceden igual, eso también me motivó a venir a este pueblo, pero no me sucedió igual que a ellas.

Mamá Alice fue cautivada por el ser más puro e inocente que había visto y yo... bueno, mi atención se centró en la persona más detestable de todo el instituto. Su apariencia me engañó por completo, la chica rubia, de ojos azules, la típica princesita caprichosa, de esas que siempre están sonriendo y llamando la atención de todos.

Si, ella es todo eso, pero es fastidiosa, siempre quiere ser la primera en todo, no se deja intimidar por nadie, siempre me reta o busca la manera de hacer que ceda ante el poder que ejerce sobre cualquiera que muestre ser su competencia.

No puedo dejar de pensar en la chica que golpeo a Kaia, si Willow no hubiera metido sus narices donde la llaman, le hubiera destrozado el rostro a su noviecita.