MORGAN—Mamá se dará cuenta si haces algo —me advierte Kaia —. No podrás ocultarlo de ella.
—No planeo ocultarlo —respondo viendo a través del vidrio del auto.
Mi objetivo está ahí, sentada sobre el contenedor de basura, su cabello verde lo lleva en un moño mal hecho, una camiseta holgada, pantalones negros y sostiene un cigarrillo en su mano izquierda mientras desliza su pulgar derecho sobre pantalla de su celular.
—¿Qué planeas hacer exactamente?
—Por ahora solo quiero verla, quiero saber quien es y que quiere con Willow —suspiro —. Algo no me cuadra con esa chica.
—Iré yo —dice colocando su mano en la puerta, pero la detengo.
—No te acercarás a ella, Kaia, si mis sospechas son ciertas, no te quiero en su radar —acaricio su cabeza y suelta un bufido. Sé que le molesta, pero ponerla en peligro es algo que jamás haré.
Bajo del auto y finjo ir perdida en mi celular, me acerco a los contenedores de basura y me quedo ahí de pie un momento mientras finjo enviar un mensaje.
—¡Maldición! —pateo una lata que hay en el suelo y ella me mira con una ceja alzada —. Lo siento, no quería interrumpir.
—No interrumpes —dice recorriéndome con su vista que se detiene un momento en mis piernas y luego en mi abdomen descubierto —. Me llamó Selma —se baja del contenedor y me extiende su mano —¿Qué te tiene tan frustrada?
—Olvidé un obsequio que tenía que entregar y ahora vengo con las manos vacías.
—Ah, así que conquistar a la chica —asiente con una sonrisa —si me permites —me hace una seña para que la siga —a veces tomo una rosa del jardín de Liliana, ella no se entera, a menos que la vea en manos de la chica que las recibe —sonríe y yo quiero borrarle su sonrisa.
—¿Una rosa? —me quedo viendo los rósales que hay en la parte trasera de la pastelería —creo que merece más, pero puede servir por el momento.
—Entonces tómalas —se ríe.
—Claro.
Avanzo hasta los rosales y me desvío hacia las escaleras que dan a la casa que está un poco más allá de la pastelería. Avanzo tan rápido que a la chica no le da tiempo a detenerme cuando ya he tocado el timbre de la casa. Unos pasos me dan aviso a que alguien está viniendo.
—¿Qué haces? —pregunta la chica llegando apresurada.
—Hola —una señora abre la puerta y me mira detenidamente, luego a la chica a mi espalda quien parece no agradarle mucho —¿Qué buscas?
—Su permiso —ella me mira confundida —verá, quede de verme con la chica más hermosa de esta ciudad y estaba tan distraída pensando en ella que olvidé las flores, así que si vuelvo a casa por ellas, ella llegará primero y la haré esperar, no debería hacer esperar a una chica como ella —los ojos de señora desprenden cierto brillo.
—Entiendo... ¿y que debo hace yo? —se cruza de brazos.
—Pues... darme su permiso para cortar un par de flores; le pediría una, pero a ver, si usted estuviera en mi lugar y estuviera a puntos de ver a la mujer más hermosa del planeta, ¿cree que una rosa bastaría? —la señora se ríe y niega.
—Por supuesto que no —dice con diversión —ni todo el jardín bastaría para ella —se queda pensativa —.Pero no puedo darte todo mi jardín, señorita, así que hagamos un trato.
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Amor Letal
RomanceMorgan Young ha decidido seguir los pasos de su madre, la organización tendrá una nueva jefa que tendrá que enfrentarse a uno de sus más grandes enemigos, mientras se debate entre su lealtad por la organización y el amor por Willow McAlister, la arq...