CAPÍTULO 10

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MORGAN


Entramos a casa de Willow con todo el sigilo del mundo, las luces están apagadas así que toma llevándome a toda prisa escaleras arriba. Llamé a mis guardaespaldas para que vengan por el auto y para que estén pendientes a mi llamado por si necesito huir. También les pedí que buscaran al inútil que dejó a Selma cruzar esa puerta.

Willow me deja entrar en su habitación y cierra la puerta con seguro, mi curiosidad se hace presente y comienzo a pasar mis ojos por cada rincón de su habitación, me acerco a la mesa en la que descansa un plano y lo observo sin tocar nada, solo me parece sorprendente.

—Deberíamos darnos un baño —alzó las cejas al escucharla y sus mejillas se tiñen de rojo —por separado, claro —sonríe nerviosa acercándose a mi.

—¿Tu hiciste esto? —le pregunto y asiente parándose a mi lado —manos muy ágiles —tomó sus manos y dejó un beso en cada una provocando que sonría —vamos a darnos ese baño, juntas.

—Que atrevida —me suelta y se dirige al baño.

La sigo de cerca mientras prepara todo, ajusta el agua tibia en la bañera y busca las bombas de espuma para agregarlas al agua y un aceite que huele delicioso, huele a ella, a eso huele su piel, a frutos silvestres, dulces y deliciosos frutos frescos.

—Espera, iré por algo en lo que eso termina de llenarse —ella sale apresurada y le envío una mensaje a Kaia para explicarle que llegaré por la mañana. Lo entiende, pero me pide que vuelva antes de su celebración —. Aquí está —observo a Willow entrar con una pequeña botella de vino.

—¿Si te dejan tomar esto? —ella me mira incrédula.

—Morgan, tengo diecinueve años —rueda los ojos y deja la botella en la orilla de la bañera.

La abrazo por la espalda hundiendo mi rostro en cuello y ella acaricia mis manos mientras termina de dejar todo listo. Willow se gira en mi dirección y comienza a deshacerse de mi vestido, así que le ayudo con su ropa. Luego se sienta en la orilla de la bañera y le ayudo a quitar sus botas, me deshago de las mías y entramos al agua. Ella quiere irse del otro lado, pero sujeto sus piernas y la arrastro hacia mi.

—Cuéntame algo que nadie más sabe —ella se gira dejando su espalda ampollada en mi pecho.

—Nadie sabe mucho sobre mi —suspira —la gente no te da la oportunidad de mostrarles lo que tu eres, se crean una idea errónea en base a lo que ven a simple vista, así que he decidido dejar que crean lo que les venga en gana.

—Entonces toda tu fama de niña caprichosa y de ser la mejor en todo, ¿es un engaño? —gira su rostro para verme con el ceño fruncido.

—Soy caprichosa y soy la mejor de mi clase —sonrío y dejo un beso en sus hombros —no me refería solo a eso, pero la gente no ve más allá de esas dos cosas que mencionaste.

—Tienes razón, nadie más conoce a la Willow que ama a su familia, la buena chica que ayuda a sus abuelas cuando tiene la oportunidad, la que pasa la mayoría de sus fines de semana ayudando a su madre con el refugio en el que trabaja —me mira sorprendida —nadie más tiene la versión dulce y cariñosa de Willow —. La abrazo colocando mi mentón en su hombro —. Nadie más sabe lo mucho que te obsesionaste conmigo...

—Eso es falso —dice con diversión —tu te obsesionaste conmigo —tengo una cuñada que es muy directa y he podido descifrar sus comentarios —ahora soy yo quien la observa sorprendida —¿Qué? ¿Te sorprende que hablé tanto con ella? —asiento —es muy linda y agradable.

—Luego hablaré con ella, pero ahora no te desvíes del tema, cuéntame algo que solo yo pueda saber —se queda pensando un rato y luego recuesta su cabeza en mi hombro.

Amor LetalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora