Amor Letal

CAPÍTULO 3

WILLOW

No hay palabras suficientes que describan lo que siento al ver a la chica nueva. Es una mezcla entre odio, envidia y deseo, deseo por darle lo que merece, esa actitud tan engreída me pone de mal humor. Tener la atención de todos es algo que yo siempre he tenido, pero ahora viene ella a querer quitarme todo.

En este instituto todos saben quien soy yo, tengo las mejores notas, soy la capitana del equipo de porristas, rechace al capitán del equipo de futbol y me fui con una chica, todos se dieron cuenta porque lo hice donde todos pudieran verlo, la atención siempre la tengo yo.

A pesar de tener la atención en mi, no suelo tener muchos amigos o hablar con muchas personas; a excepción Jane y Diane, mis dos amigas desde que inicié en este instituto y ahora la pequeña Nara; ingresó al equipo de porristas al iniciar el año escolar y quedé fascinada con ella y su actitud. Algunas chicas han tratado de intimidarla, pero a pesar de ser una niña de primer año, no se deja intimidar por nadie.

Ella dice que con sus apellidos demuestra el poder que posee y por eso a mi me parece única, tiene rasgos asiáticos, pero sus ojos, su apellido y su actitud, me dicen que tiene más ruso en la sangre que cualquiera nacido en ese país. Es una chica muy hermosa y elegante, al igual que su madre.

Ahora mi pequeña amiga rusa es la que ha traído a mi peor pesadilla a este instituto, porque claro, con esa energía, con esa manera de imponer, tenía que ser una Young.

Siento que la vida me está dando un golpe muy fuerte de realidad o quizás es el karma con la imagen de una chica de cabello negro, ojos azules, piel clara y una energía oscura que termina llamando la atención de cualquiera que la vea pasar. Se está robando la atención que debería ser mía.

Me siento junto a ella porque es la única idiota que ha tenido el valor de hacerlo y la maestra no me dejo echarla. Saco mis apuntes y ella simplemente me ignora, finge que no existo, desde que llegó el primer día hace eso. Camina por los pasillos como la nueva abeja reina, la que me está quitando lo que tanto me ha costado.

Mi abuela dice que en ocasiones suelo ser muy caprichosa, pero tiene razón al decirlo, lo acepto, siempre que veo algo lo obtengo, sin importar como, voy por ello, pero esto me está resultando más difícil de lo que esperaba, por más que trato de llamar su atención, soy un cero a la izquierda, ni una mirada más que la que me dio el día que quise sacarla de mi lado, ladeó su cabeza y sonrió; la única vez que la he visto hacerlo.

Lleva un mes asistiendo a este instituto y nunca la he visto cruzar palabras con nadie más que no sean su hermana y Nara; a quien interrogue, pero su respuesta fue, «si insistes en conocerla no habrá vuelta atrás, aléjate».

¿Una advertencia?, a mi eso me causa intriga, y solo hace que quiera saber más sobre la misteriosa Morgan Young, porque aún tengo el recuerdo de la primera vez que la vi y sé que esa manera de imponer esconde algo más. Yo estoy dispuesta a averiguarlo.

—Las moscas se posan sobre la boca de las personas, sobre todo de los cadáveres —comenta de repente y cierro mi boca apartando mi vista de ella.

—¿Hoy quieres hablar? —pregunto sin mirarla. Hace una bomba con la goma de mascar y se explota volviéndola a meter a su boca.

—¿Los insectos hablan? —siento que mis venas arden del coraje.

—¿Me estás llamando insecto, idiota?

—¿No te haces llamar la abeja reina? —su mirada está fija en el pizarrón —una abeja es un insecto, frágil y fácil de aplastar.