MORGANEstaba esperando este momento, desde hace una semana, porque he confiado en ella, porque escuché la conversación que tuvo con Selma y no me había dicho ni una sola palabra al respecto, pero esta tarde mientras estábamos en su casa, me ha dicho que tiene algo importante que hacer.
Llevo aproximadamente veinte minutos esperando en el auto a que salga de la bodega, me ha dicho que ha dejado algo ahí dentro y que quería ir por el, así que la dejé entrar sola. Magnus está a la espera de ir por ella si es necesario, pero le dije que se mantuviera tras el volante del auto.
Veo a Willow salir y vigilar hacia todos lados. El guardia de la entrada le pregunta a dónde va con Selma y ella le dice que son órdenes de Alice.
«Vaya valor al mencionar su nombre».
El guardia la deja salir y deja pasar a Selma para que suba al auto. Casi puedo sentir la emoción dentro de ella, hasta que me mira en el auto y todo rastro de ilusión desaparece. Willow sube del otro lado dejándola entre las dos.
—¿De verdad? —le pregunto y sonríe.
—Estoy probando un punto —se alisa su cabello —ese hombre y el que estaba abajo, son inútiles.
—Willow, ¿qué es esto? —le pregunta Selma.
—¿No creerás que creería en tu palabra luego de haberme drogado y haberlo intentado una segunda vez? —le pregunta Willow —además, estabas hablando de joderle la vida a la familia de la mujer que amo. De verdad que no tienes idea de quiénes son ellas y tratar de arruinarles la existencia, sería un grave error.
—No vuelvas a llevarme ahí, por favor —me implora —haré lo que sea.
—No volverás ahí —le aseguro.
Saco la daga de mi bota, la paso entre mis dedos y ante la mirada expectante de Willow, la clavo en su costado. La expresión de Willow es de sorpresa, se aleja un poco, pero no me ve con miedo.
—Tu mayor error fue creer que ella podría traicionarme —ladeo mi cabeza —confié en ella aun cuando no tenía idea de lo que haría hace unos minutos.
Abro la puerta del auto y bajo sujetando el cabello de Selma, la arrastro hasta los pies del guardia y Magnus no le da tiempo a que hable, le da un golpe en el rostro y luego en las piernas haciéndolo caer de rodillas frente a mi.
El hombre se queja y Magnus le sujeta el cabello obligándolo a que me vea. Selma grita horrorizada al ver que pasó la daga por el cuello del hombre y acaba salpicándonos de sangre.
—Hay dos cosas que jamás voy a perdonar —hablo poniéndome de cuclillas a su lado —que se metan con la mujer que está en el auto —le hablo al odio —y que intenten meterse con mi familia —ella se aleja —te he perdonado el que hayas hecho eso con Willow hace un tiempo, porque al final de cuentas eras una adolescente estúpida que se ha dejado influenciar por sus amigos, o al menos eso creía yo —sonrió negando —pero... un poco de dinero a tipos como ellos y sueltan la lengua para hablar de las veces en que tú te ofreciste a llevarles chicas a cambio de un poco de la mierda que te metes.
—No es verdad... —colocó mi dedo sobre sus labios haciéndola callar.
—Las personas ahí abajo también hablan, todos son igual a ti y aunque les ofrezcas la libertad, si yo les doy un incentivo mejor, escogerán lo que yo les ofrezco. Ahí abajo nadie es tu amigo —vuelvo a clavar la daga en su estómago y al ver la mirada de Magnus sé que quiere hacerlo él.
—La llevaré a casa, encárgate de esto —Magnus asiente y antes de alejarme, se acerca para limpiar mis manos con su abrigo.
—Sus madres llegarán tarde —me avisa.
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Amor Letal
RomanceMorgan Young ha decidido seguir los pasos de su madre, la organización tendrá una nueva jefa que tendrá que enfrentarse a uno de sus más grandes enemigos, mientras se debate entre su lealtad por la organización y el amor por Willow McAlister, la arq...