CAPÍTULO 7

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WILLOW



—¿A caso no sabe que la magia de las princesas se acaba? —pregunta mi mamá.

—Es a media noche, Skylar, aún faltan cuarenta minutos.

—Menos mal o vería el ogro que eres —presiona mi mejilla y finjo estar molesta.

—¿Y mi madre? —pregunto viendo a mi alrededor.

—Está en la oficina en una reunión, le dije que te quedaste dormida, así que ve arriba y dúchate antes de que se dé cuenta.

—¿Gael?

—Se quedará en casa de su amigo —dice yendo a la cocina —¿si cenaste o quieres algo? —ruedo los ojos y subo a mi habitación.

Apenas entro y no puedo ocultar mi sonrisa. De verdad no esperaba besarla, si quería hacerlo, pero no planeaba hacerlo, menos aún que ella me confesara que le gustó —. ¿De verdad le gustó o es un sueño? —me dejo caer en la cama y me levanto al recordar que mi ropa aún está un poco húmeda.

Me voy al baño para quitarme la ropa y pongo a llenar la bañera. Quiero relajarme un poco antes de ir a la cama. Entró en la bañera una vez que está lista, me sumerjo en el agua tibia y mis músculos comienzan a relajarse. Rozo mis labios con mis dedos y no puedo evitar pensar en Morgan, en sus labios y en sus manos sobre mi cintura.

«Debes dejar de fantasear con ella, Willow».

Me voy a la cama luego de peinar mi cabello y ponerme mis shorts y mi camisa para dormir. Son más de las doce de la noche y no puedo dejar de pensar en Morgan y en su confesión, no respondí nada al respecto, porque antes quiero estar estar segura que esto no es un juego para ella.

Por la mañana despierto muy tarde, al final me puse a ver una serie hasta que me dio sueño. Me alisto para bajar a comer, mi hermano está en el jardín trasero jugando futbol con su amigo. Al entrar a la cocina me encuentro una de mis escenas favoritas en toda la vida. Mamá Sky cocina y mamá Lissa la abraza por la espalda mientras se mueven al son de una canción viejísima, mamá Lissa le susurra cosas al oído y la otra no puede dejar de sonreír.

—Buenos días —saludo.

—Buenos días, cariño, ¿descansaste bien? —pregunta mamá Lissa sin soltar a mi otra madre.

—Si, dormí mucho —miento —estaba agotada.

—Seguro que si —dice la otra.

Finalmente se separan, pero mamá detiene a mi madre y le da un beso. Es imposible no sonreír, amo su amor y anhelo algún día tener algo como lo de ellas.

—¿Qué tal los parciales? —pregunta mi mamá.

—Comenzamos hasta la próxima semana, estamos a nada de terminar. El baile será dos semanas después —les informo.

—¿Ya tienes con quien ir? —se interesa.

—Aún no, espero hacerlo luego, quizás alguna de mis amigas me acompañe —mamá viene a mi lado y me abraza.

—Si te va bien es tus parciales, te levantaré el castigo —asiento aunque por dentro estoy gritando.

—Yo que tú lo pensaría mejor —entrecierro los ojos al ver a mi mami —no sabes qué clase de cosas suceden en esos bailes. Las princesas suelen llegar después de la hora indicada.

Amor LetalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora