Capítulo 47

162 30 1
                                    

—¿Voy a salir libre?

El corazón de Rebecca golpeaba fuerte en su pecho. Una mar de emociones se agitaba en su ser.

Cova alzó la mano para detenerla, lo último que quería era darle falsas esperanzas.

—No —respondió—. Bueno, su captura puede ser un paso para tu liberación.

La emoción de la reclusa cayó al piso, moribunda.

—¿Un paso?

Cova volvió a alzar la mano y esta vez le señaló la silla.

—Por favor, siéntate —le pidió. Ella no lo hizo de inmediato, se sentó tras unos instantes—. Para que seas puesta en libertad esa persona debe declarar que, en efecto, te engañó y que fue ella quien puso la droga en tu equipaje. No quiero desalentarte, pero por lo que me informa la directora, no va a ser fácil.

—¿De qué habla? Ya la arrestaron, deben hacerla confesar.

—Rebecca, no soy abogado, solo sé lo que me ha comunicado la directora.

—¿Entonces por qué me llamó? ¿Qué hago aquí?

—Eres testigo en el caso, Armstrong. Necesitan que declares contra Engfa Waraha.

—¿Ese es su nombre?

—Sí.

Rebecca se quedó pensado en que, a las otras víctimas, Engfa les dio un nombre falso, mientras que con ella usó el verdadero. ¿Por qué?

—Supongo que la arrestaron en Myanmar. ¿Me van a trasladar?

—No. Sería una declaración en videoconferencia. ¿Estás dispuesta a hacerlo?

—Por supuesto.

Cova asintió conforme.

—Bien. Será en dos días, a las dos de la tarde. Debes estar presentable, tal como si acudieras al tribunal, ¿de acuerdo?

—Sí —respondió con firmeza—. ¿Necesito algún tipo de... preparación?

El hombre frunció los labios.

—No lo sé. Le preguntaré a la directora y te lo haré saber.

—Ella está en Myanmar, ¿cierto?

Cova frunció el entrecejo e intercambió una mirada con la secretaria, que se mantenía un tanto apartada.

—Rebecca, lo siento. No puedo responder a eso. Son las reglas. Ella sintió.

El costo del paraiso (Freenbecky)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora