Capítulo 13

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Tres días después del impacto del meteorito, Genos y Saitama estaban en el apartamento. Saitama, recostado en el sofá, hablaba en voz alta sobre sus pensamientos, mientras Genos, diligente como siempre, tomaba notas detalladas en su libreta. La conversación fluía entre comentarios triviales sobre héroes y anécdotas del pasado, hasta que Saitama se levantó y, con una mueca de aburrimiento, anunció: —Voy a salir un rato.

Genos asintió, sin detener su escritura. Sin embargo, una vez que la puerta se cerró tras Saitama, su mente se desvió hacia otro pensamiento: Nova. La imagen de sus ojos heterocromáticos no se borraba de su mente. Ese contraste único y misterioso lo había impactado más de lo que estaba dispuesto a admitir. Sin querer, sus pensamientos derivaron hacia Hana, quien estaba concentrada en un proyecto al otro lado de la sala.

Intentó seguir escribiendo, pero la curiosidad lo venció. Desde su posición en el suelo, no podía verla claramente, así que decidió levantarse y acercarse. Si ella notaba su presencia, podría excusarse diciendo que solo quería ver el progreso de su trabajo. Sin embargo, cuando se acercó lo suficiente, se dio cuenta de que Hana no estaba concentrada en su proyecto como él había pensado. De hecho, sus ojos estaban cerrados, y su respiración era tranquila y regular. Se había quedado dormida mientras trabajaba.

La sorpresa inicial de Genos se transformó en algo más profundo. Había algo conmovedor en la manera en que Hana se había dormido, con la pluma aún en su mano y el cuaderno apoyado en su regazo. Sus largas pestañas descansaban sobre sus mejillas, y su expresión, tan serena, lo conmovió. Sin pensarlo, Genos sonrió suavemente, un gesto que rara vez mostraba.

Con la misma delicadeza que solía aplicar en sus movimientos de combate, Genos se inclinó y la levantó en brazos. Hana era tan ligera que apenas sintió su peso, y la sostuvo con el mismo cuidado con el que alguien protegería un objeto frágil. Mientras la cargaba hacia el futon, sintió un extraño calor en su pecho, una sensación que no podía identificar pero que, de alguna manera, lo reconfortaba.

Al llegar al futon, la colocó con cuidado, asegurándose de que estuviera cómoda. Se detuvo un momento para observarla, notando lo tranquila y vulnerable que se veía. La luz suave de la tarde entraba por la ventana, iluminando su rostro con un resplandor dorado que resaltaba sus facciones. Genos se encontró reflexionando sobre lo mucho que significaba Hana para él y cómo, a pesar de su apariencia de fuerza y valentía, ella también tenía momentos en los que necesitaba descansar, momentos en los que él deseaba poder protegerla de todo.

Mientras la observaba, recordó la forma en que Nova había detenido el meteorito, cómo había soportado el calor abrasador y, aún así, había mantenido su determinación. En ese instante, una parte de él no pudo evitar comparar a Nova con Hana. Aunque eran personas diferentes, había una fortaleza compartida en ambas, una que él admiraba profundamente.

Finalmente, se inclinó un poco, ajustando el cobertor sobre Hana para que estuviera más abrigada. Su rostro se acercó lo suficiente como para que él pudiera sentir el calor de su respiración.

El silencio de la habitación absorbió sus palabras, y Genos se quedó allí, observándola un poco más, dejando que ese momento tan íntimo se grabara en su memoria. Luego, se levantó con suavidad y, sin hacer ruido, se alejó un poco, no sin antes asegurarse de que ella estuviera completamente cómoda y segura.

El corazón de Genos latía un poco más rápido de lo normal mientras se sentaba de nuevo en el suelo. A pesar de todo el caos y los desafíos que enfrentaban como héroes, momentos como este le recordaban que había cosas mucho más profundas y significativas en su vida, cosas que quizás nunca había anticipado, pero que ahora no estaba dispuesto a dejar ir.

𝗚𝗢𝗗'𝗦 𝗠𝗘𝗡𝗨 ||One Punch Man||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora