Capítulo 34

3 3 0
                                    

Genos estaba entrenando solo, en una tarde que parecía ser como cualquier otra. Mientras realizaba su rutina diaria de ejercicios, escuchó el sonido de su teléfono vibrando en el bolsillo de su uniforme de combate. Al ver el nombre en la pantalla, su corazón dio un pequeño salto.

Hana

Era raro que ella le escribiera sin algún motivo urgente, así que Genos abrió el mensaje de inmediato. Cuando lo leyó, sintió una oleada de sorpresa e incomodidad:

Genos, ¿quieres venir a entrenar conmigo al bosque? Te espero en media hora.

Por un momento, se quedó inmóvil, mirando la pantalla sin saber cómo reaccionar. ¿Hana quería entrenar con él? Lo habitual era que ella entrenara con Saitama, o sola, debido a su inmenso poder. Que ella lo invitara, específicamente a él, le hizo sentir una mezcla de emociones que no podía identificar de inmediato.

Su procesador interno comenzó a funcionar rápidamente, analizando todas las posibilidades. ¿Por qué lo invitaba? ¿Era simplemente para entrenar? ¿O había algo más? Genos no pudo evitar que una pequeña parte de su mente, aquella que rara vez consideraba, pensara que esto... podría ser como una cita.

—¡No! —se corrigió a sí mismo en voz alta, sacudiendo la cabeza—. No debería pensar en esas cosas. Es solo entrenamiento.

A pesar de sus esfuerzos por mantener la calma y enfocarse, sintió cómo sus circuitos internos se agitaban con cada pensamiento. El hecho de que Hana lo hubiera invitado al bosque, un lugar tranquilo, lejos de la ciudad y del caos habitual, lo hizo sentirse… extraño. Y aunque se esforzaba por ignorarlo, no podía dejar de pensar en lo especial que era ese gesto.

Los minutos pasaron y, cuanto más pensaba en ello, más le costaba mantener la compostura. No era una simple sesión de entrenamiento, al menos no para él. A veces, entrenar con Saitama era desafiante y, aunque respetaba a su maestro profundamente, Genos sabía que con Hana era diferente. Ella siempre lo trataba con amabilidad, era paciente y lo valoraba como persona, no solo como cyborg o guerrero.

Antes de salir, Genos se miró en el espejo del pequeño baño que tenía en su habitación. Aunque no tenía muchas razones para preocuparse por su apariencia física, ajustó su cabello hacia atrás porque sentía que Hana lo vería más atractivo, asegurándose de que todo estuviera en perfecto orden. No sabía por qué se tomaba tanto tiempo en hacerlo, pero, inconscientemente, quería verse bien.

Cuando llegó al bosque, el aire era fresco y el silencio profundo. Era un ambiente completamente distinto al bullicio de la ciudad, y la luz del sol atravesaba las copas de los árboles, creando una atmósfera de calma. Pero, a pesar de la serenidad del lugar, Genos no podía dejar de sentir un nudo en su pecho.

Hana lo estaba esperando en una pequeña área despejada porque todos los árboles alrededor estaban destruidos y derrumbados. Su cabello ondeaba suavemente con el viento, y su actitud relajada mientras golpeaba a punta de puños y patadas contrastaba con la intensidad que Genos sentía en su interior.

—¡Hola, Genos! —lo saludó con una sonrisa radiante—. Llegaste justo a tiempo.

Genos, por supuesto, no pudo evitar que su mirada se suavizara al verla. Había algo en Hana que siempre lo hacía sentir... diferente. Sabía que sus sentimientos hacia ella eran complicados, pero nunca se había permitido explorar esas emociones con profundidad. Después de todo, su principal misión era volverse más fuerte, proteger a Saitama y a todos los que le importaban. Pero en ese momento, todo eso parecía desvanecerse, dejándolo con una sensación extraña en el pecho.

—Gracias por invitarme, Hana. —respondió él, manteniendo la compostura, aunque por dentro sentía cómo sus sistemas internos fluctuaban ligeramente—. ¿Cuál será el enfoque del entrenamiento de hoy?

𝗚𝗢𝗗'𝗦 𝗠𝗘𝗡𝗨 ||One Punch Man||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora