𝗚𝗢𝗗'𝗦 𝗠𝗘𝗡𝗨 ||One Punch Man||

Capítulo 36

La batalla había sido más sencilla de lo que Nova había anticipado, pero decidió alargarla un poco. Había algo de satisfacción en cansar al kaijin, en probar sus habilidades sin apresurarse demasiado. La criatura, enorme y deforme, intentaba en vano alcanzarla con sus grotescos brazos mientras ella se movía con gracia, esquivando sus ataques con facilidad. Finalmente, cuando sintió que era suficiente, Nova lanzó su rayo láser, dividiendo al kaijin en dos con una precisión que dejó al público boquiabierto.

El silencio duró apenas un segundo. En cuanto la bestia cayó al suelo, partida, la multitud que había estado observando explotó en vítores y aplausos. Todos estaban asombrados por la destreza de Nova, por su imponente figura envuelta en su traje de heroína. Los teléfonos salieron al aire, grabando y tomando fotos frenéticamente, como si estuvieran documentando un evento histórico.

—¡Increíble, Nova! —gritó una joven desde la multitud, con una sonrisa de oreja a oreja—. ¡Eres la mejor!

—¡Hazme un autógrafo, por favor! —pidió otro, levantando una libreta en el aire, mientras el grupo empezaba a rodearla.

Nova, aun ligeramente flotando sobre el suelo, dejó escapar una pequeña risa. No quería decepcionarlos. Después de todo, sabía que la atención venía con el trabajo, aunque a veces podía ser agotador. Lentamente aterrizó, dejando que el círculo de personas se acercara. Las manos se estiraban hacia ella, llenas de emoción, ofreciendo cuadernos, fotos y objetos para que los firmara.

—Nova, ¡una foto conmigo! —dijo un chico, casi tropezando al acercarse más—. Eres increíble, nunca he visto a alguien luchar así.

—¡Eres tan guapa como fuerte! —añadió alguien más desde atrás, confirmando los elogios que flotaban alrededor de ella.

Nova sonrió, aceptando la primera libreta que le pasaron y comenzó a firmar, mientras las cámaras no dejaban de apuntarle. A pesar de lo surrealista que se sentía, su sonrisa no desaparecía. Sabía que estaba hipnotizando a la multitud con su presencia, pero en el fondo, una pequeña parte de ella solo quería volver a casa a preparar la cena.

¿Qué haré esta noche?

Se preguntaba entre autógrafos y selfies. Quizás algo sencillo... pero antes debía atender a sus admiradores.

Mientras las personas se arremolinaban a su alrededor, lanzándole elogios y peticiones, Nova mantenía su sonrisa brillante, respondiendo con gestos amables y miradas dulces. Cada vez que le entregaban algo, ella lo aceptaba, firmaba, y sonreía de nuevo. Su carisma natural brillaba, envolviendo a hombres y mujeres por igual, quienes quedaban fascinados por cada uno de sus gestos.

—¡Nova, por favor, toma una foto conmigo! —insistió una chica, claramente emocionada. Nova accedió, inclinándose hacia ella mientras la chica sacaba su teléfono y se tomaba la selfie.

Sin embargo, entre todo ese caos controlado, Nova sintió una presencia distinta. Alguien que no gritaba, que no le pedía atención, pero cuyas miradas parecían mucho más penetrantes que el resto. Levantó la vista brevemente, y sus ojos se encontraron con los de un hombre de cabello blanco, que observaba la escena desde cierta distancia. Sus ojos no dejaban de seguirla, pero a diferencia de los demás, no intentaba acercarse ni tomar una foto. Solo la miraba, sin decir una palabra, pero con una intensidad que la hizo sentir un ligero escalofrío.

¿Quién es él?

Pensó Nova mientras seguía firmando autógrafos, aunque ahora con la mente dividida entre sus admiradores y aquel hombre enigmático. Su expresión no mostraba emoción alguna, pero había algo en él que la desconcertaba.

—¡Nova, mira acá! —gritó otro fan, sacándola de sus pensamientos por un momento.

Ella volvió a sonreír, levantando la mano para saludar y posando para otra foto, mientras en el fondo su curiosidad seguía enfocada en ese hombre de cabello blanco. No parecía un fanático común. Pero antes de que pudiera averiguar más, la gente continuó acercándose, agradeciéndole por su heroísmo, pidiéndole más fotos, y alimentando el ambiente de admiración que la rodeaba.