Capítulo 23

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-Respecto al oráculo que dice que la Tierra está en peligro, yo pienso que todavía no nos hemos liberado del todo. También los he reunido para discutir sobre ese asunto -dijo Sitch, su tono grave y sus palabras pesadas llenando la sala. La atmósfera se tensó por un momento, pero luego, con un suspiro, continuó-. Pero dejando a un lado eso, estamos agradecidos por su trabajo del día de ayer. Por eso, quiero que el día de hoy lo disfruten. ¡Salud!

Todos los héroes levantaron sus copas de sake para brindar. El ambiente se relajó de inmediato, y sonrisas comenzaron a aparecer en los rostros de todos. Hana, disfrutando de la ocasión, alzó su pequeña copa con entusiasmo, disfrutando de la sensación de su cómoda bata rosa contra su piel. Se sentía contenta, parte del grupo, y emocionada de participar en el brindis.

Pero justo cuando estaba a punto de llevar la copa a sus labios y probar el sake, una mano firme se la arrebató rápidamente. Miró hacia arriba y vio a Saitama, quien la observaba con una mezcla de desaprobación y diversión.

-¡Papá! -protestó Hana, inflando las mejillas en un gesto infantil, claramente molesta-. ¡Devuélveme mi sake!

Saitama, sin dejarse intimidar por el puchero de Hana, negó con la cabeza. -No estás en edad de tomar, Hana.

-Pero solo es una pequeña copa -insistió Hana, intentando recuperar la bebida, estirando el brazo hacia él.

Saitama simplemente levantó la copa fuera de su alcance y, con una expresión despreocupada, se la llevó a los labios y bebió el contenido de un solo trago. -Justo lo que necesitaba -dijo con un suspiro satisfecho, ignorando por completo la mirada de frustración de su hija.

Hana cruzó los brazos, haciendo un puchero aún más grande. -No es justo -murmuró, mirando a su alrededor para ver si alguien más la apoyaba, pero la mayoría de los héroes solo reían entre dientes ante la escena.

-Lo que no es justo es que intentes beber algo que no deberías -replicó Saitama, volviendo a llenarse otra copa con un gesto tranquilo.

-¡Pero ya soy una heroína de clase S! -respondió Hana, tratando de utilizar su estatus como argumento-. ¡Soy la número uno en mi rango! ¡Merezco un poco de sake!

Saitama solo se encogió de hombros. -Ser la número uno no te da el derecho a romper las reglas. Además, ser una heroína significa ser responsable.

Hana sabía que no iba a ganar esta discusión, pero aún así, no podía evitar sentirse un poco molesta. Su expresión se suavizó un poco cuando vio que Saitama, aunque firme, lo hacía por su bienestar.

Finalmente, Hana dejó escapar un suspiro resignado y se recostó en su silla, volviendo a disfrutar de la comodidad de su bata. -Está bien, papá, ganas esta vez. Pero en cuanto cumpla los dieciocho, quiero mi propia copa de sake.

Saitama sonrió, satisfecho de haber ganado la discusión. -Cuando cumplas dieciocho, ya veremos -dijo, dándole una palmadita en la cabeza.

 -Cuando cumplas dieciocho, ya veremos -dijo, dándole una palmadita en la cabeza

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𝗚𝗢𝗗'𝗦 𝗠𝗘𝗡𝗨 ||One Punch Man||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora