Capítulo 32

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Nova aterrizó frente a lo que solía ser un estadio repleto de espectadores animando la competencia de artes marciales. Ahora, todo lo que quedaba eran escombros dispersos por doquier, columnas caídas y un silencio abrumador. A primera vista, el lugar parecía completamente vacío, pero sus ojos entrenados notaron algo. En medio del caos, un cuerpo yacía en el suelo, sin camisa, cubierto de polvo y sangre. Sus heridas eran evidentes, pero algo en su postura dejaba claro que no estaba muerto.

Con una mezcla de preocupación y curiosidad, Nova se agachó para tocarle el hombro. El joven estaba herido, y aunque su cuerpo parecía inerte, había algo en él que la hacía sentir que aún no había sucumbido por completo a sus heridas.

En el instante en que su mano tocó su piel desnuda, el muchacho reaccionó de manera sorprendentemente rápida, tomando su pierna con fuerza y jalándola con toda la energía que aún le quedaba. Nova no tuvo tiempo de reaccionar y, con el tirón, perdió el equilibrio, cayendo de espaldas al suelo con un suave thud. Sus piernas quedaron ligeramente abiertas, quedando peligrosamente cerca del rostro del muchacho que aún la sujetaba con firmeza.

— ¡Oye! —exclamó sorprendida, pero sin moverse del lugar, mirando al joven con desconfianza.

El muchacho no dijo nada al principio, solo respiraba con dificultad, sus ojos vagaban entre las piernas de Nova y el entorno destruido. Sin embargo, después de unos segundos, sus ojos finalmente se encontraron con los de ella. Nova notó una mezcla de vergüenza y determinación en su mirada, pero lo que más le llamó la atención fue la desesperación en su agarre.

— ¿Qué pasó aquí?

El joven, aún aferrado a su pierna, desvió la mirada por un momento, sus ojos volviendo a bajar hacia las piernas de Nova antes de volver a su rostro. Finalmente, con la voz ronca, comenzó a hablar: —Aparecieron unos kaijins... —empezó, jadeando entre palabras—. Atacaron el estadio... pero algunos de los competidores también eran kaijins... Estaban camuflados entre nosotros...

Nova frunció el ceño mientras lo escuchaba hablar, procesando rápidamente la información. El ataque no había sido solo externo, sino que algunos de los propios participantes habían sido monstruos disfrazados. Un plan bien orquestado.

—Los enfrentamos, pero eran demasiados —continuó él, su mirada aún fija en ella—. Perdimos. No sé si alguien más sigue vivo...

El silencio que siguió a sus palabras fue pesado. Nova observó al joven, evaluando la gravedad de sus heridas. Sus brazos y torso estaban llenos de cortes profundos, y había una expresión de agotamiento en su rostro que dejaba claro que había estado luchando por su vida hasta el último segundo. Sin embargo, lo que la desconcertaba era su continua resistencia a soltarla.

Se percató de cómo él miraba sus piernas cada cierto tiempo, con una mezcla de curiosidad y vergüenza en su mirada. Al notar esto, el joven finalmente la soltó, apartando la vista de inmediato, claramente consciente de lo inapropiado de la situación.

Nova se incorporó lentamente, levantándose con suavidad pero sin apartar su mirada de él. Sabía que no podía dejarlo ahí, pero la situación no era ideal. Había más kaijins atacando la ciudad, y uno de sus objetivos más críticos, el hospital de la Asociación, también estaba bajo ataque. El problema era que no podía simplemente dejar al joven allí. El lugar no era seguro.

—Estás herido. Deberías ir al hospital —dijo Nova con seriedad, pero inmediatamente recordó la situación—. Aunque... también están atacando el hospital. Es peligroso.

El joven asintió con la cabeza, tratando de levantarse, pero en cuanto lo intentó, su cuerpo cedió bajo el peso de sus heridas. Nova suspiró y, tras evaluar sus opciones, tomó una decisión.

𝗚𝗢𝗗'𝗦 𝗠𝗘𝗡𝗨 ||One Punch Man||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora