Capítulo 7

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Padre e hija dormían tranquilamente cuando, de repente, Saitama se sentó en la cama como un resorte y gritó: —¡No me toques con el dedo de hurgarte la nariz!

Unos segundos después, al ver el rostro asustado de Hana, Saitama se dio cuenta de lo que sucedía.

—Ah... era un sueño... Mi pequeña, no te enojes —dijo al verla fruncir el ceño.

Hana no dijo nada, solo se levantó para ir al baño. Cuando regresó, se sentó en la cama y tomó el control de la televisión.

—Tú cocinarás hoy —dijo con una molestia fingida, aunque parecía muy real.

Saitama se levantó a regañadientes, consciente de que hoy Hana iba a preparar waffles, así que él tendría que encargarse del desayuno. Encendió el televisor y, mientras buscaba los ingredientes, Hana vio una noticia alarmante: un grupo terrorista había asaltado Ciudad F. La banda llamada "Togen" había destruido grandes edificios, causando caos y preocupación en las autoridades. El líder de los terroristas, identificado como "Cabezamartillo", un delincuente de segunda categoría, estaba implicado en crímenes violentos. Medía 2.15 metros y pesaba 210 kg, y había enviado a más de 20 hombres al hospital en una pelea callejera. El grupo seguía destruyendo todo a su paso, exigiendo empleo para los desempleados. Los seguidores de Cabezamartillo eran calvos y peligrosos, y en la noticia advertían que si veían a alguien sin pelo en la calle, debían alejarse.

La mirada de Hana se dirigió a su padre, que estaba preparando arroz con huevo. Saitama, por supuesto, había escuchado la noticia, pero sabía que primero debía alimentar a su niña antes de salir. Cuando terminó de cocinar, sirvió la comida y la llevó a donde Hana estaba.

—Aquí tienes —dijo, mientras Hana empezaba a comer.

Mientras lo hacía, observaba a Saitama ponerse su traje de héroe.

—Voy a acabar con ellos —dijo con determinación.

Hana levantó la vista de su plato y sugirió:

—Debería ir contigo para que no te confundan.

Saitama sonrió, aunque con cierta preocupación, y le respondió:

—Dale, tranquila. Yo me encargo. Come, que no me demoro en llegar.

Y con esas palabras, Saitama salió rápidamente, dispuesto a enfrentar al grupo terrorista y asegurarse de que nada les pase. Hana se quedó mirando la puerta por un momento, antes de correr a su armario.

Después de que la banda Togen fuera derrotada y la ciudad comenzara a volver a la normalidad, Nova no tuvo tiempo para descansar

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Después de que la banda Togen fuera derrotada y la ciudad comenzara a volver a la normalidad, Nova no tuvo tiempo para descansar. Ciudad Z, aunque parcialmente devastada, necesitaba toda la ayuda posible. Los derrumbes, resultado de la reciente batalla, habían dejado a muchas personas atrapadas y edificios inestables. Nova, siempre lista para actuar, comenzó a moverse por las calles, sobrevolando los escombros mientras buscaba sobrevivientes.

Mientras volaba, su aguda visión detectó a Ciclista Sin Licencia, uno de los héroes más conocidos en la ciudad. Estaba tendido en el suelo, inconsciente, con su bicicleta destrozada a su lado. Aparentemente, había intentado salvar a un grupo de personas de un edificio que colapsó sobre él. Nova descendió rápidamente y aterrizó suavemente junto a él.

—Tranquilo. Yo me encargo—murmuró, sabiendo que él no podía escucharla.

Con cuidado, levantó a Ciclista Sin Licencia y lo llevó a un lugar seguro, lejos de los escombros. Una vez allí, lo acomodó sobre una superficie plana y revisó sus signos vitales. Afortunadamente, estaba vivo, pero necesitaba atención médica urgente. Nova usó su comunicación para informar a la Asociación de Héroes sobre la situación de Ciclista Sin Licencia, solicitando una evacuación inmediata.

Pero no podía quedarse a esperar. Había más personas que necesitaban ayuda. Nova dejó al héroe en manos de los equipos de rescate que llegaron poco después, y sin perder tiempo, volvió al cielo para continuar su misión.

Los derrumbes habían dejado muchas áreas inaccesibles para los equipos de rescate convencionales, pero no para ella. Su habilidad para volar y su fuerza sobrehumana le permitían acceder a lugares que otros no podían. Rompía paredes con facilidad, levantaba escombros pesados como si fueran plumas, y liberaba a las personas atrapadas debajo de ellos. En un momento dado, se encontró con un grupo de niños atrapados en un sótano inundado. El acceso al sótano estaba bloqueado por una enorme viga de metal que había colapsado sobre la entrada. Nova la levantó con un esfuerzo mínimo y, una vez que los niños estuvieron a salvo, los llevó uno por uno a un lugar seguro.

La jornada continuó con rescates similares. Cada vez que encontraba a alguien en peligro, su determinación se renovaba. Sabía que su misión no solo era proteger a la ciudad de amenazas directas, sino también de los desastres y sus secuelas. En una de sus últimas intervenciones, llegó a un edificio que estaba a punto de colapsar por completo. Había personas atrapadas en los pisos superiores, demasiado aterrorizadas para moverse. Nova voló hasta ellas y las llevó fuera del edificio, una a una, antes de que este cediera por completo.

Finalmente, cuando las sombras comenzaron a alargarse con la caída del sol, Nova se dio cuenta de que había hecho todo lo que podía en ese día. Exhausta, se permitió un momento para descansar en la azotea de uno de los pocos edificios intactos en la zona. Desde allí, observó la ciudad. Era un caos controlado, con héroes y trabajadores de rescate movilizándose por todas partes, pero ya no era un lugar de desesperación.

—Papá estará orgulloso de esto—se dijo a sí misma mientras se levantaba para regresar a casa. Sabía que había hecho lo correcto y que aún quedaba mucho por hacer, pero por ahora, su misión en Ciudad Z estaba cumplida.

𝗚𝗢𝗗'𝗦 𝗠𝗘𝗡𝗨 ||One Punch Man||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora