Hana despertó en la casa de Genos, el sol filtrándose suavemente por las cortinas, creando un ambiente cálido y tranquilo. Su cuerpo aún se sentía pesado por el cansancio acumulado, pero había algo que le impedía volver a cerrar los ojos. Al estirarse y girar sobre la cama, se dio cuenta de que estaba sola. Genos no estaba allí. Se incorporó lentamente, dejando que sus pies tocaran el suelo frío mientras sus pensamientos vagaban por su ausencia.
—¿Dónde estará?— murmuró, frotándose los ojos para despejarse del todo. Justo en ese momento, un ruido sordo la hizo saltar. Provenía de la puerta principal. Sonaba como si algo o alguien hubiera chocado contra ella.
Intrigada y un poco alarmada, Hana salió de la habitación y caminó con cautela hacia la entrada. Cuando abrió la puerta, lo primero que vio fue un dron de la Asociación de Héroes alejándose rápidamente. Al bajar la mirada, se encontró con una caja mediana en el suelo, justo donde había estado flotando el dron. Hana suspiró al reconocer el empaque. Sabía exactamente lo que contenía.
Era la nueva entrega de cartas de fan, enviadas directamente desde la Asociación. Hana recogió la caja y la cerró con la puerta con el pie, llevándola de regreso a la habitación. Al sentarse en la cama con la caja en su regazo, no pudo evitar que un recuerdo de su vida pasada viniera a su mente.
Recordó cómo, al principio, todo esto había sido tan problemático. Cuando se unió a la Asociación de Héroes, las cartas comenzaron a llegar en grandes cantidades. Al principio, le resultaba abrumador recibir tanto correo, especialmente porque no quería que nadie supiera dónde vivía realmente. Fue entonces cuando decidió hacer algo al respecto y pidió que todas sus cartas fueran dejadas en un lugar específico: detrás de un basurero en un callejón que solía frecuentar para cambiarse de ropa antes de las misiones.
El lugar no era precisamente glamuroso, pero ofrecía la privacidad que necesitaba. Cada vez que encontraba la caja llena de cartas, debía leerlas rápidamente en ese mismo lugar, escondida entre las sombras. Había cartas de todo tipo: algunas tan simples como una palabra de aliento, otras mucho más elaboradas, llenas de admiración y afecto. Las que más le llegaban al corazón, les tomaba una foto con su teléfono antes de destruirlas, pulverizándolas con su rayo láser. Sabía que no podía dejar rastro de ellas, por su propia seguridad y la de quienes la rodeaban. Pero eso no impedía que los mensajes lindos se quedaran grabados en su memoria.
De vuelta en la realidad, Hana acarició la caja con un dedo, recordando cómo aquellos días habían sido tan diferentes de ahora. La vida había cambiado mucho desde entonces, y aunque aún recibía esas cartas, ya no tenía que ocultarse detrás de un basurero para leerlas. Pero algo dentro de ella seguía sintiendo esa mezcla de nostalgia y tristeza por lo que alguna vez fue.
Suspiró y decidió abrir la caja. Las cartas de fans estaban ahí, tantas como siempre. Mientras tomaba la primera, se preguntó si encontraría algo en ellas que la hiciera sonreír hoy. Ahora, en la seguridad del hogar de Genos, ya no había necesidad de leerlas con prisa ni de destruirlas en secreto. Pero el viejo hábito de fotografiar las más bonitas aún seguía ahí, como un pequeño recordatorio de todo lo que había vivido para llegar hasta este momento.
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Hana abrió la caja y comenzó a sacar las cartas una por una. A pesar de que ya estaba acostumbrada a recibir tanto correo, la variedad de emociones y palabras que contenían siempre la sorprendía. Algunas cartas estaban escritas con caligrafía pulcra y ordenada, mientras que otras mostraban la urgencia y emoción con la que habían sido escritas. Abrió la primera carta y comenzó a leer:
"Querida Nova, Eres una diosa en la Tierra, la reencarnación de Afrodita misma. Nunca antes había visto una belleza tan divina y un poder tan inmenso en una sola persona. Si alguna vez decides que un simple mortal como yo puede estar a tu lado, estaré esperándote. Por favor, considéralo, ¡estoy dispuesto a hacer lo que sea por ti! ¡Te amo!"
"Nova, Siempre te he admirado desde que apareciste en la escena de los héroes. Tu fuerza, tu elegancia... es como si estuvieras creada por los mismos dioses. Me has inspirado a ser una mejor persona, a luchar por lo que creo. No te sientas mal por lo que ocurrió en Ciudad J, todos cometemos errores, pero lo que importa es cómo nos levantamos. Por favor, vuelve a la acción pronto. El mundo te necesita más que nunca."
"Mi amada Nova, Sé que tal vez nunca lea esta carta, pero quiero que sepas que estoy dispuesto a todo por ti. Eres la mujer más increíble que he visto, tanto en poder como en belleza. Si alguna vez decides que quieres un esposo, aquí estoy. He soñado tantas veces con el día en que te vea y pueda arrodillarme para pedir tu mano. Por favor, considérame."
"Nova, No puedo dejar de pensar en ti desde que vi lo que sucedió. Eres una mujer increíble, pero no puedo dejar de notar cómo Saitama te hizo llorar. ¿Por qué permites que te trate así? Eres mucho mejor que él. Deberías estar con alguien que te valore, que entienda lo que eres y lo que puedes hacer. Saitama solo te retiene. ¡Déjalo y muestra al mundo tu verdadero poder!"
"Nova, Eres la reencarnación de Hera, dotada de poderes místicos y belleza incomparable. Me pregunto cuántos corazones has roto solo con una mirada. Si alguna vez decides que el mundo de los héroes no es suficiente para ti, podrías gobernar el mundo con tu sola presencia. ¡Eres increíble!"
"Querida Nova, Desde la primera vez que te vi, supe que eras especial. Lo que más admiro de ti no es solo tu poder, sino la gracia con la que te manejas incluso en las situaciones más difíciles. Eres una inspiración para tantos de nosotros. No dejes que lo ocurrido en Ciudad J te afecte. Todos cometemos errores, pero lo que te hace diferente es cómo siempre te levantas más fuerte. ¡Estamos contigo!"
"Nova, ¿Alguna vez te has preguntado por qué nunca dejabas que nadie viera tu rostro? ¿Era porque Saitama te lo tenía prohibido? Debes liberarte de él, eres demasiado poderosa y hermosa para que alguien te controle. No puedo entender cómo alguien como tú puede estar relacionada con alguien como él. Eres una deidad, una creación divina que merece todo lo mejor del universo."
"Nova, ¿Cuántos años tienes? ¡Te ves tan joven! Eres como una diosa inmortal, creada por manos divinas. Si algún día decides que el mundo de los mortales no es para ti, podrías unirte al panteón de dioses. Tu lugar está entre ellos, no aquí abajo."
"SuperNova, Te he seguido desde que te convertiste en heroína. Lo que hiciste en Ciudad J fue increíble, pero no puedes dejar que te detenga. Todos cometemos errores, y lo que importa es cómo avanzamos. Eres una reencarnación de Hécate, poderosa y misteriosa. Usa ese poder para seguir adelante. ¡El mundo necesita a Nova!"
"Nova, Estoy TAN interesado en ti"
Hana dejó las cartas a un lado, sintiendo una mezcla de emociones. Las palabras de apoyo y admiración le recordaban que, a pesar de todo, seguía teniendo un impacto positivo en el mundo. Pero también sentía la presión de las expectativas que la gente tenía de ella, como si fuera una deidad caminando entre mortales. Sabía que el camino por delante no sería fácil, pero, al menos por ahora, no estaba sola.