☰ Ian Parker ☰
Aún no podía creer que me hubiera casado con esa mujer. Era tan grosera, ah, era un verdadero fastidio. No solo era su actitud, sino la forma en que su mera presencia lograba irritarme. Por suerte, habíamos llegado a la maldita capilla para ponerle fin a todo este caos. Intenté ser amable con ella, pero era un esfuerzo en vano. No era mi culpa que esto nos hubiera sucedido.
Las amigas de la insoportable me explicaron la situación y traté de comprender, pues también me afectaba de alguna manera. Todo había sido culpa de Vince y también la mía por dejarme convencer para ir a tomar "un trago". Cómo lo detestaba en estos momentos.
—Llegamos, señores —anunció el taxista, sacándome de mis pensamientos. No íbamos a caminar hasta el centro de la ciudad; ya era demasiado tarde. Por mí, no había problema, pero no estaba solo; tenía a cuatro mujeres conmigo. Bajamos del taxi y, como era de esperar, la mujer insoportable se adelantó rápidamente hacia la capilla.
No recordaba haber estado aquí antes, pero había evidencias que confirmaban que sí. Al llegar a la recepción, vi unas cajas con mercancía que mostraban mi rostro y el de la insoportable en ellas. Sin duda, iba a moler a golpes a Vince por meterme en esta situación.
Me acerqué más al mostrador donde Nayoung, creo que ese era su nombre, hablaba con una mujer que supuse era la dueña del lugar.
—Si ya está aquí, ¿podría ayudarme? Necesito largarme esta misma noche —decía Nayoung, apurada y ansiosa. Su mal humor era palpable y me lo estaba contagiando. La mujer asintió y se perdió por un momento en un pasillo.
—Nana, tranquilízate. No puedes llegar mañana a tu boda luciendo así —escuché decir a una de sus amigas. La voz de la amiga era tranquilizadora, pero la desesperación en el tono de Nayoung no dejaba lugar a dudas.
—Jia, no necesito escucharte, lo único que quiero escuchar es nada más que ya me he divorciado de ese... —se contuvo al devolverme la mirada. Estaba seguro de que me iba a llamar delincuente otra vez. Sin duda, era una mujer muy insoportable. Pobre del que sea su novio, pensé con algo de ironía. De repente, su celular empezó a sonar. Ella lo buscó y lo sacó de su cartera. Por su expresión, pensé que podría tratarse de su novio, y lo confirmé cuando lo mencionó.
—Solo cuélgale, ya cuando volvamos a Corea le explicarás —le dijo su amiga.
—Sí, sí, como si Jimin fuera fácil de convencer —dijo Nayoung, frustrada. Sus palabras estaban llenas de desdén y exasperación —Y pobre de ustedes tres, si mencionan algo de esto, para mí nunca pasó y espero que para ustedes también —les advirtió. Sus amigas asintieron, algo nerviosas, conscientes de la seriedad de la advertencia.
—Bien, solo deben firmar aquí, aquí y aquí —dijo la mujer entrando de nuevo con unos papeles. Me iba a acercar para tomar los papeles y leerlos antes de firmar, pero Nayoung los tomó primero y firmó sin detenerse a leer. Se notaba lo desesperada que estaba por salir de esa situación. Yo estaba igualmente desesperado, pero siempre debía leer lo que firmara. Al parecer, Nayoung carecía de sentido común.
—Solo deme un momento, debo leer esto —dije cuando finalmente pude tomar los papeles. Ella me miró con desdén, claramente irritada por mi demora.
—¡Solo firma los malditos papeles y ya! —me dijo con impaciencia, pero yo no le hice caso. Me tomé mi tiempo para leer cada párrafo. Por lo visto, no encontré nada raro, así que me dispuse a poner mi firma. Cuando terminé, la miré.
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GOLDEN JWAE - JK
FanfictionLas luces LED parpadeaban y danzaban en todos los edificios, lanzando un resplandor vibrante sobre la ciudad del pecado, Las Vegas, Nevada. Cuatro jóvenes, llenas de emoción y expectativa, arribaban a la ciudad con planes de disfrutar de una noche i...