☰ROUND 11☰

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☰Kim Nayoung☰

-Aunque me cueste admitirlo, mocosa, estás hermosa -dijo Tae, mi hermano mayor, mientras se acercaba para darme un fuerte abrazo.

-Gracias, odioso -respondí con una sonrisa, correspondiendo el abrazo.

-Ya hablé con Jimin, le aseguré que tendría su cabeza en mis manos si no te trataba como se debe -susurró en mi oído, en tono protector, mientras yo le daba un suave golpe en la espalda.

Él soltó una risa nasal, pero luego su expresión cambió a una más seria, esos momentos cuando se ponía en el papel de "hermano mayor" siempre me sacaban una sonrisa por dentro, pero esta vez parecía que iba en serio.

-Lo digo en serio, Nayoung. Nadie, además de tu hermano mayor, puede burlarse de ti -me miró con esos ojos que siempre buscaban protegerme de todo.

-Está bien, súper hermano -contesté en tono de broma, tratando de aligerar el ambiente. Tae sonrió, me dio un beso en la frente y luego se apartó, dejando espacio para que mi hermana se acercara.

Ella también me abrazó con fuerza, y después de felicitarme, añadió en un susurro:

-Si Jimin te rompe el corazón, te juro que lo mato con mis propias manos -aunque sonó como una broma, sabía que lo decía en serio.

Mi familia nunca había podido perdonar por completo lo que ocurrió en nuestros primeros 100 días de relación. A pesar de que Jimin había trabajado incansablemente por ganarse de nuevo mi confianza y la de ellos, el recuerdo de su error seguía latente. Estaban más resentidos que yo, lo cual, en ocasiones, me resultaba frustrante. Yo solo quería seguir adelante con mi vida a su lado, porque lo había perdonado de corazón. Él me había demostrado que lo que ocurrió fue un error del cual aprendió, y desde entonces no había vuelto a fallarme.

Jimin era el hombre al que amo. Habíamos compartido tantos años juntos que no podía imaginar mi vida sin él. Fue mi primer amor, el primero en todo... y cuando digo en todo, me refiero a todo. Desde niña, siempre había soñado con casarme una sola vez, con el amor de mi vida. Eso no estaba en discusión, y aunque las cosas no salieron exactamente como lo había planeado, seguía creyendo en ese sueño. Para mí, el matrimonio era algo sagrado, tal vez porque mis padres siempre me dieron el ejemplo perfecto de lo que es una relación basada en respeto, amor y perseverancia.

Mis padres... los admiro profundamente. Ellos son la pareja más estable y amorosa que he visto. Se conocieron en la universidad, igual que Jimin y yo, pero su historia es mucho más romántica. Mi madre no es coreana, es latina, una estudiante de intercambio que llegó a Corea para completar sus estudios. Mi padre se enamoró de ella desde el primer momento en que la vio, y siempre me contó con emoción cómo su vida cambió cuando ella apareció. Desde pequeña me encantaba escuchar su historia de amor, y siempre soñé con tener una historia como la suya. Un amor profundo, de esos que sobreviven a todo.

En mi caso, con Jimin, las cosas empezaron de una manera un poco diferente. Nos conocimos en la universidad, aunque él estaba en otra facultad. Fue en una conferencia en la que yo estaba participando como anfitriona. Desde el principio, pude notar cómo me miraba durante toda la charla. Era difícil no notarlo; tenía una presencia que destacaba, siempre tan coqueto y seguro de sí mismo. Después de ese día, comenzó a seguirme a todas partes. Al principio, me parecía algo inquietante, como si fuera un acosador, y se lo hice saber. Le pedí que dejara de enviarme regalos, que parara con sus intentos de llamar mi atención, pero Jimin era persistente. Muy persistente.

Con el tiempo, empecé a acostumbrarme a sus "muestras de amor", como él las llamaba. Me enviaba flores, notas, y hacía todo tipo de cosas para hacerme reír. Poco a poco, fui viéndolo de otra manera. Ya no era el chico molesto que me seguía por los pasillos de la universidad; empezó a parecerme tierno, sexy y, sobre todo, sincero. A pesar de que muchas chicas lo deseaban, él siempre me trató de forma especial. Nunca dio señales de estar interesado en nadie más, lo que me hizo bajar la guardia y aceptar que me estaba enamorando de él.

GOLDEN JWAE - JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora