☰ROUND 18☰

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☰ Kim Nayoung ☰


—¡Amor, no hagas eso! —exclamé sorprendida cuando sentí la mano de Jimin estrellarse juguetonamente contra mi trasero mientras estaba concentrada en la cocina. Siempre lo hacía cuando menos lo esperaba, como si disfrutara ver mi reacción.

—Eres mi mujer, y ese lindo trasero es mío. Puedo hacer lo que quiera —respondió con total tranquilidad, sonriendo de manera descarada, con esa coquetería tan característica suya que hacía que cualquier reprimenda quedara en el aire. Lo miré de reojo, conteniendo una sonrisa, aunque mis labios inevitablemente se curvaron. No podía enojarme con él por mucho tiempo, y lo sabía.

Sacudí la cabeza y volví a concentrarme en la cena, pero el ambiente en la cocina era relajado, como siempre lo había sido entre nosotros. El sonido de los ingredientes al cortarse y el suave crepitar de la sartén llenaba el espacio. Estábamos acostumbrados a ese tipo de complicidad: bromas, caricias furtivas y ese tipo de interacción ligera que hacía que nuestra relación se sintiera viva.

—¿Cómo te fue en el trabajo hoy? —le pregunté mientras añadía las especias a la comida, ya esperando que compartiera conmigo lo último de su jornada. Era nuestra rutina diaria, pero para mí significaba más que eso; era una manera de mantenernos conectados, de mostrar interés genuino en lo que cada uno hacía.

—Fue un buen día —respondió mientras se apoyaba en la barra, su tono relajado—. Hoy presentamos un prototipo robótico que hemos estado desarrollando para el sector de la salud. Será especial para ayudar a niños con problemas cardíacos. Está diseñado para realizar intervenciones no invasivas y mejorar los diagnósticos tempranos.

—¡Wow, eso suena increíble, amor! —le respondí con sincero entusiasmo, mientras me giraba para mirarlo. Siempre me asombraba su pasión por la tecnología, cómo sus ojos brillaban cuando hablaba de los proyectos en los que trabajaba. Desde que lo conocí, siempre había sido un visionario, alguien que no solo pensaba en el presente, sino en cómo podía mejorar el futuro con sus ideas.

Jimin es un hombre excepcionalmente talentoso. Es uno de los mejores ejecutivos del sector tecnológico, y su empresa, Innovatech Solutions, es una referencia en Daegu. Se especializan en la creación de tecnologías innovadoras que abarcan desde el campo médico hasta la automatización industrial. Me encanta ver lo comprometido que está con su trabajo y lo mucho que le importa hacer una diferencia en el mundo.

—Innovatech tiene mucho potencial —continuó, su voz adoptando un tono más serio—. Estamos planeando expandirnos pronto, tanto a nivel nacional como internacional. Estamos en conversaciones para abrir una sede en Seúl, y después queremos explorar mercados en Japón y Estados Unidos.

—Lo vas a lograr, cariño. Lo sé —le dije con una sonrisa, sintiendo una oleada de orgullo. Ver lo lejos que había llegado y todo lo que seguía logrando siempre me llenaba de admiración. Él tenía ese empuje imparable, esa capacidad de convertir sus sueños en realidades palpables.

Después de cenar, Jimin se dirigió al estudio para revisar unos documentos importantes que le habían enviado desde su empresa. Mientras tanto, yo aproveché para subir a nuestra habitación y darme una ducha larga y relajante. El día había sido agotador, y el aroma de la comida parecía haberse impregnado en mi piel y cabello. La calidez del agua me ayudaba a liberar la tensión acumulada, mientras pensaba en lo afortunada que me sentía por tener a alguien como Jimin a mi lado.

Al terminar, envolví mi cuerpo en una toalla blanca y suave, dejando que el vapor del baño me envolviera por un momento. Justo cuando salí del baño, me encontré con Jimin, quien había terminado su trabajo mucho antes de lo que esperaba.

GOLDEN JWAE - JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora