☰ROUND 26☰

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🥊


—¿Has vuelto a las peleas? —preguntó Nayoung con cautela, mientras cortaba un pedazo de su comida. Estaban almorzando en un pequeño restaurante después de horas de revisar informes y recopilar pruebas. Se merecían un descanso, y la comida siempre era un buen pretexto para distraerse de las preocupaciones.Jungkook levantó la mirada, sorprendido por la pregunta, y negó con la cabeza antes de responder.

—No, desde que descubrí quién era realmente, dejé todo eso atrás. Solo me he centrado en recuperar mi antigua vida —dijo con firmeza, como si quisiera asegurarse a sí mismo de que esa etapa ya estaba superada.

Nayoung suspiró, aliviada. Sabía que él había tenido que enfrentarse a un pasado oscuro, y aunque no conocía todos los detalles, sabía lo suficiente como para entender el impacto que había tenido en él.

—Me parece que estás mejor así, sin golpes en la cara y el cuerpo —confesó, mirándolo con una mezcla de alivio y preocupación. Desde la primera vez que lo vio, en aquel ring de peleas clandestinas, recordaba claramente la ferocidad con la que se movía en el cuadrilátero, como si luchara contra algo más que su oponente. Pero también recordó la sensación de miedo que la había invadido.

—No creo que para ti eso haya sido agradable, ¿o sí? —continuó, arqueando una ceja mientras lo observaba con atención.

Jungkook dejó su tenedor sobre el plato y se apoyó en el respaldo de la silla, reflexionando sobre sus palabras. Una sonrisa amarga apareció en sus labios.

—Para nadie es agradable —admitió, su voz cargada de un tono sombrío—, pero en algún momento llegas a acostumbrarte. Para mí, subir al ring era como una especie de liberación. Estaba atrapado en un mundo de tinieblas, sin saber quién era realmente, sin recordar nada de mi vida. Cada vez que escuchaba a la multitud gritar mi nombre, aunque no fuera el verdadero, me sentía... vivo, de alguna manera. Como si, al menos por un momento, tuviera una identidad, un propósito, aunque estuviera construido sobre la violencia y la adrenalina.

Nayoung lo escuchaba con el corazón encogido. Las palabras de Jungkook la golpeaban como una corriente de tristeza y empatía. Trató de imaginarse en su lugar: perder todos sus recuerdos, su identidad, su esencia. Era una tortura inimaginable. Se preguntó cómo habría reaccionado ella, si habría podido soportar ese vacío abrumador.

—Debió ser muy duro para ti... —murmuró con voz queda, su mirada suave y comprensiva. Jungkook asintió lentamente, sus ojos oscuros reflejando las cicatrices invisibles de su alma.

—Sí, lo fue —respondió con honestidad—. Pero, en ese momento, pelear era lo único que me hacía sentir que estaba haciendo algo, aunque no supiera bien qué. Me dio una especie de propósito, aunque fuera temporal y destructivo. Aprendí a usar mis puños para desahogar la frustración, el dolor y la confusión. Era como si cada golpe que daba fuera un intento desesperado por recordar quién era realmente. Y cuando la gente gritaba mi nombre, sentía que, al menos para ellos, existía. Aunque fuera en ese mundo violento y efímero.

Nayoung sintió un nudo formarse en su garganta. Lo había visto pelear, había sentido la rabia y la desesperación en cada uno de sus movimientos. Pero ahora entendía que, detrás de esa fuerza bruta, había un dolor profundo, una búsqueda desesperada de algo que ni siquiera él sabía definir. Y se dio cuenta de que admiraba su fortaleza para seguir adelante, para no rendirse a pesar de todo lo que había pasado.

—No puedo imaginar lo que debiste sentir, Jungkook —dijo finalmente, con una voz cargada de emoción—. Pero estoy contenta de que hayas dejado todo eso atrás. Eres mucho más que un luchador, eres más que el hombre que conocí en ese ring. Y me alegra ver al verdadero Jungkook, sin máscaras ni golpes, tratando de reconstruir su vida.

GOLDEN JWAE - JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora