☰ROUND 36☰

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🥊


El sonido del despertador resonó suavemente en la habitación, haciendo que Nayoung abriera los ojos lentamente, dejando atrás el cálido y profundo sueño que la envolvía. Durante unos segundos, permaneció quieta, disfrutando del calor del cuerpo de Jungkook a su lado y del tranquilo ritmo de su respiración. Sin embargo, un pensamiento repentino la sacudió. Buscó su celular en la mesa de noche, y al enfocar bien la hora, su corazón dio un vuelco: ya se le estaba haciendo tarde para llegar al aeropuerto.

—¡Maldición! —murmuró para sí misma.

Con movimientos apresurados, se deslizó fuera de la cama, apartando con cuidado el brazo de Jungkook que la rodeaba por la cintura. Él soltó un suave quejido, aún perdido en su sueño. Sin mirar atrás, corrió hacia la ducha. El agua fría la despertó por completo mientras intentaba concentrarse en el tiempo que le quedaba. Su mente repasaba las últimas horas, sintiendo aún las huellas de la noche anterior. A pesar de la prisa, no pudo evitar detenerse frente al espejo, observando las marcas en su cuello y clavícula, los rastros inconfundibles de los apasionados encuentros con Jungkook.

Con rapidez, tomó su maquillaje y cubrió las huellas de esos momentos, dedicando unos minutos más de lo que habría querido, pero no podía permitirse que Jimin o alguien mas las notara. Mientras terminaba, escuchó el crujido de las sábanas al otro lado de la puerta. Jungkook comenzaba a moverse, despertándose lentamente.

Cuando salió del baño, él ya estaba apoyado en la cama, sus ojos apenas abiertos y su cabello desordenado. La observó con una mezcla de confusión y sueño, su rostro aún marcado por la tranquilidad de la noche.

—¿Qué hora es? —preguntó con su voz ronca, rascándose la cabeza mientras la veía ir de un lado al otro con rapidez, preparando todo lo necesario.

—Son más de las nueve, Jungkook. Tengo que irme al aeropuerto, ¡llego tarde! —respondió ella apresuradamente, buscando su bolsa y revisando que no olvidara nada importante.

Jungkook la observó en silencio durante unos segundos, su expresión adormilada cambiando a una más seria. Se sentó en la cama y estiró un brazo para intentar detenerla por un momento, pero Nayoung seguía con su ritmo frenético, metiendo ropa en su maleta y revisando su bolso. Cada movimiento que hacía era rápido y preciso, pero Jungkook notó el pequeño temblor en sus manos, y cómo de vez en cuando se llevaba la mano al cuello, comprobando si había cubierto bien las marcas.

—¿Segura de que tienes que ir? —preguntó en un tono más serio, aunque no pudo evitar que una sonrisa pícara se dibujara en sus labios al recordar la noche anterior.

Nayoung lo miró fugazmente mientras se ponía una bufanda, y aunque no quería admitirlo, una parte de ella deseaba quedarse. Pero había un vuelo que tomar, un destino que la esperaba, y por ahora, la realidad la llamaba.

—Sabes que debo hacerlo, no podemos arriesgarnos a que Jimin se dé cuenta de que estuve aquí en Seúl —dijo Nayoung acercándose a él. Jungkook trataba de entenderlo, pero la idea de no verla durante un tiempo indefinido no le agradaba, sobre todo si eso significaba que estaría junto a su esposo. El solo pensamiento lo carcomía por dentro, provocando una oleada de celos irracionales que no podía controlar.

De pronto, sintió una calidez en su mejilla izquierda. Era la mano de Nayoung, quien lo acariciaba con ternura. Esa caricia tenía una suavidad reconfortante que contrastaba con la tormenta interna que se desataba en su pecho. Cuando la miró, vio en sus labios una leve sonrisa que, aunque dulce, cargaba con un adiós silencioso.

GOLDEN JWAE - JKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora