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La tensión entre Charles y Max había estado en el aire desde hacía tiempo. Siempre discutían por cualquier cosa, por lo más mínimo, como si sus diferencias en la pista se trasladaran a cada aspecto de sus vidas. Esa tarde no fue diferente; ambos se gritaban por algo trivial, una broma mal tomada que escaló rápido. Estaban solos en el motorhome de Ferrari, y la atmósfera se sentía cargada.
Charles, con el ceño fruncido, dio un paso hacia Max. "¿Por qué siempre tienes que ser tan terco?" gruñó, alzando la voz. Max no se quedó atrás, su carácter no le permitía ceder ni un centímetro. "¿Yo? ¡Mírate a ti, Leclerc! ¡Eres el que siempre se cree mejor que los demás!"
En un momento, algo cambió. La rabia en los ojos de Charles se transformó en otra cosa, algo más profundo, algo que había estado enterrado por mucho tiempo. Max se dio cuenta cuando Charles dio un último paso y lo acorraló contra la pared. El agarre en su cintura fue firme, pero no agresivo.
"¿Qué haces?" murmuró Max, su voz temblando un poco por la confusión y la cercanía. No obtuvo una respuesta verbal. Los ojos de Charles lo decían todo: estaban oscuros, intensos, buscando respuestas en el propio Max.
Y entonces, sin más preámbulo, Charles lo besó. Fue un beso rápido, lleno de la rabia no expresada, pero también del deseo que siempre había negado. Max se quedó paralizado, con las manos sin saber qué hacer, su mente inundada de pensamientos contradictorios.
Sin embargo, después de unos segundos que parecieron eternos, Max reaccionó. Su mano derecha se posó en el pecho de Charles, sintiendo el latido acelerado de su corazón, mientras que la otra subió hasta la nuca del monegasco, tirando suavemente de él. Max correspondió al beso con una intensidad que ni él mismo esperaba.
El mundo a su alrededor pareció detenerse. Todo lo que existía en ese momento era el calor de sus cuerpos y el peso de un beso que llevaba consigo años de competencia, de rivalidad, pero también de un sentimiento mucho más complejo.
Cuando finalmente se separaron, ambos quedaron jadeando, mirándose fijamente. Ninguno dijo una palabra. Charles dio un paso atrás, rompiendo la burbuja de intimidad que habían creado, y ambos fingieron que nada había pasado.
Al día siguiente, fue como si todo hubiera sido un mal sueño, o al menos lo intentaron. No hablaron de lo sucedido, ni una palabra. Ambos volvieron a sus rutinas, a sus equipos, pero algo en su dinámica había cambiado.
Cada vez que Charles miraba a Max, no podía evitar quedarse atrapado en la profundidad de sus ojos. Max, por su parte, evitaba la mirada del monegasco, pero cuando lo hacía, un pequeño rubor aparecía en sus mejillas.
Charles sabía que el beso había cambiado algo entre ellos, y aunque no lo habían discutido, no podía ignorar la chispa que aún ardía entre ellos. Max también lo sentía, aunque lo intentara ocultar. Había una tensión entre ellos que ninguna carrera ni disputa podía borrar.
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Buenaaas, les aviso que las historias Lestappen siempre van a ser con Max bottom.
Tienen alguna para recomendar??,literal no encuentro ninguna con Max bottom
