Sonrojo----Lestappen

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Max Verstappen estaba sentado en el comedor del equipo, enfocado en su almuerzo, pero no podía evitar escuchar las bromas que llegaban desde la mesa de al lado. Charles Leclerc, su novio, estaba hablando animadamente con Lando Norris y Carlos Sainz, dos de los bromistas más incansables del paddock.

"¿Entonces, Max se sonrojó?" Lando soltó una carcajada, inclinándose sobre la mesa.

Carlos no pudo evitar sumarse. "¿Es en serio? No lo puedo imaginar. ¿El implacable Max Verstappen, campeón mundial, poniéndose rojo?"

Max, que intentaba ignorar la conversación, sentía que el calor subía a sus mejillas. Él odiaba ser el centro de ese tipo de atención, sobre todo cuando se trataba de algo tan privado. Charles, con su característico aire tranquilo, seguía con la broma.

"Sí, estaba todo rojo. No es la primera vez que pasa, ya se está acostumbrando", dijo Charles, lanzándole una mirada cómplice a Max. Sus ojos brillaban con un toque de malicia.

Max giró los ojos, visiblemente incómodo, pero había una pequeña sonrisa en su rostro. Charles sabía cómo molestarlo de la forma más dulce posible.

"Vamos, Max. Cuéntanos cómo es que Charles logra hacerte sonrojar. Debe ser algo especial, ¿no?" preguntó Lando, con una sonrisa de oreja a oreja.

"Eso es… eso es entre nosotros", respondió Max, tratando de sonar firme, pero su voz lo traicionaba. El rubor en sus mejillas era más evidente ahora, y Carlos se dobló de la risa.

Charles se levantó de la mesa y caminó hacia Max, con una sonrisa divertida en su rostro. Se paró detrás de su silla y, sin decir una palabra, envolvió sus brazos alrededor de los hombros de Max, apoyando su barbilla en su cabeza. Max se tensó por un segundo, pero luego dejó escapar un suspiro, sabiendo que Charles no iba a dejarlo en paz.

"Ahí está. Así es como lo hago", dijo Charles, mirando a los chicos con una sonrisa triunfal mientras Max cerraba los ojos, tratando de soportar la atención. "Solo necesito abrazarlo y, de repente, lo tengo a mi merced."

Carlos y Lando seguían riendo mientras Max se removía un poco en su asiento, queriendo desaparecer bajo la mesa. Pero, a pesar de su incomodidad, no hizo nada para apartar los brazos de Charles. La verdad era que, aunque odiara que lo molestaran frente a los demás, esos momentos de cercanía con Charles le encantaban, incluso cuando lo hacían sonrojar.

"Está bien, ya basta", murmuró Max, intentando sonar molesto, pero no lo suficientemente convincente. "¿Podemos hablar de otra cosa?"

Lando le lanzó una mirada astuta. "Seguro, pero con esa carita que pones, es difícil dejar el tema."

Max se mordió el labio, dándose cuenta de que no iba a ganar. Charles, mientras tanto, le dio un beso suave en la coronilla antes de susurrarle al oído: "Lo siento, mi amor. Sabes que me encanta verte sonrojar."

Ese susurro hizo que Max se sonrojara aún más, esta vez sin poder evitarlo. Su mirada se dirigió rápidamente a sus amigos, quienes lo miraban divertidos.

"¡Míralo! Está más rojo que antes", comentó Carlos, dándole un codazo a Lando.

"Ya basta", Max dejó escapar una pequeña risa, su incomodidad mezclada con diversión. "Charles, de verdad, suéltame."

Charles aflojó un poco el abrazo, pero aún mantuvo sus manos en los hombros de Max, sabiendo perfectamente que su novio, aunque se quejara, disfrutaba de esos gestos. Se inclinó para hablar con los chicos, todavía con una sonrisa juguetona en los labios.

"Es que Max tiene este lado tierno que no mucha gente conoce. ¿Verdad, cariño?"

"Charles…", advirtió Max, con una mezcla de resignación y afecto.

"¿Y qué hay de ti, Charles?" intervino Lando, quien parecía más que dispuesto a seguir con la conversación. "¿Tú no te sonrojas cuando Max te abraza o algo así? Vamos, debe haber alguna manera de hacerte ruborizar también."

Charles levantó una ceja, como si el mero pensamiento le pareciera imposible. "Soy inmune", bromeó. "Nada me afecta."

"¿En serio?" Max finalmente sonrió con picardía, sintiendo que tenía la oportunidad perfecta para devolverle el favor. "Creo que podría hacer que te sonrojes, Leclerc."

Charles soltó una carcajada suave, inclinándose para mirar a Max a los ojos. "Me gustaría verte intentarlo."

Max sonrió de lado, sus ojos brillando con malicia. "Oh, créeme. Tengo mis métodos."

La pequeña batalla de miradas entre ellos no pasó desapercibida para Carlos y Lando, quienes intercambiaron miradas cómplices. Sabían que, aunque Charles siempre se mostraba imperturbable, Max tenía una forma única de afectarlo, incluso si era en privado. Ambos eran la pareja perfecta de opuestos, y los amigos siempre disfrutaban presenciar esos pequeños momentos de vulnerabilidad entre ellos.

"Bueno, chicos, les dejamos su momento," dijo Carlos, levantándose de la mesa. "Pero recuerden, la próxima vez que veamos a Max sonrojado, sabremos exactamente por qué."

Max rodó los ojos nuevamente, pero no pudo evitar reírse mientras veía a Lando y Carlos alejarse. Finalmente, cuando estuvieron solos, Max se volvió hacia Charles.

"Sabes que van a seguir con esto, ¿verdad?"

Charles se encogió de hombros, divertido. "Déjalos. Sabes que lo disfrutan."

Max suspiró, pero su mirada se suavizó mientras levantaba la mano para agarrar una de las de Charles, que todavía estaba sobre su hombro. "Supongo que podría ser peor."

Charles sonrió, apretando suavemente la mano de Max. "Siempre puede ser peor, pero conmigo a tu lado, no tienes de qué preocuparte."

Max lo miró con afecto, sintiendo cómo su corazón se calmaba ante la presencia tranquila de Charles. Quizás era cierto, después de todo: esos abrazos, esos momentos, incluso las bromas, eran parte de lo que hacía que su relación fuera tan especial.

Y aunque siguiera sonrojándose, en el fondo, sabía que nunca querría que eso cambiara.

One shots (ships f1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora