Charles siempre había tenido un gato gris llamado Orión. Era famoso en el paddock por su temperamento feroz y por su aversión a todos, excepto a su dueño. Orión había dejado marcas de mordeduras en al menos 17 pilotos, incluido el mismo Pierre Gasly, quien todavía recordaba el momento con cierto rencor y asombro. Charles lo cuidaba con devoción, pero incluso él sabía que Orión era un alma difícil.
Aquella tarde, Charles estaba reunido con algunos de sus amigos pilotos. Orión, como siempre, estaba entre sus brazos, observando con sus ojos fríos y desconfiados a todos los que se atrevían a acercarse. Sin embargo, en un momento de distracción, Orión se escurrió de los brazos de Charles y desapareció entre la multitud del paddock.
—¡Maldita sea! —exclamó Charles, poniéndose de pie de inmediato.
Los demás se rieron al verlo tan alterado, pero también comprendieron la situación. Todos sabían que el temperamento de Orión podía causar estragos si se encontraba en el lugar equivocado.
Después de un rato de búsqueda infructuosa, decidieron regresar a la conversación, suponiendo que el gato regresaría cuando estuviera listo. Charles, aunque preocupado, trató de distraerse, pensando que Orión volvería por su cuenta.
Media hora más tarde, mientras charlaban animadamente, se produjo un silencio repentino. Todos miraron en la misma dirección, sus ojos llenos de incredulidad. Max Verstappen se acercaba con Orión en sus brazos, cargándolo de una manera que nadie había visto antes. Orión, el gato más huraño y agresivo del paddock, estaba aferrado al cuello de Max como si fuera un bebé, sus patas delanteras rodeando la nuca de Max en un abrazo inesperado.
—No puede ser... —murmuró Pierre, incapaz de asimilar lo que veía.
—¿Ese es Orión? —preguntó Lando, boquiabierto.
Max se acercó a Charles con una expresión tranquila, como si no entendiera el revuelo que había causado. Con una suavidad que desarmó a todos los presentes, Max colocó a Orión de vuelta en los brazos de Charles. El gato soltó a Max con renuencia, mirando a Charles como si esperara una explicación.
—¿Cómo demonios has hecho eso? —preguntó Charles, sin poder ocultar su asombro.
Max se encogió de hombros, como si la respuesta fuera la cosa más simple del mundo.
—Yo solo estaba caminando y lo vi ahí. Se me acercó solo, así que lo alcé y lo llevé a buscarte. Es un lindo gatito cariñoso, la verdad.
La incredulidad se extendió por el grupo. Orión, el gato que había mordido y arañado a casi todos, se había comportado como un angelito con Max. Nadie podía explicarlo.
—¿Lindo gatito? —repitió Pierre, soltando una carcajada que pronto fue seguida por las risas de los demás.
Max, como si la situación le resultara perfectamente normal, se despidió y se alejó, dejando a Orión de vuelta en brazos de su dueño. Charles miró a su gato, que seguía observando a Max mientras se marchaba.
—¿Por qué, Orión? —le preguntó Charles, como si realmente esperara una respuesta. El gato simplemente lo miró, manteniendo su típico aire altivo y distante.
—No te va a contestar, idiota —se burló Pierre, riendo a carcajadas y provocando otra ronda de risas entre los demás.
Charles suspiró, incapaz de comprender lo que acababa de suceder. Orión, el gato que odiaba a todos, había encontrado un extraño afecto en Max Verstappen. Charles miró al gato, preguntándose qué era lo que Max tenía para haber logrado lo que nadie más había podido.
Mientras tanto, Orión se acurrucaba nuevamente en sus brazos, ronroneando suavemente como si no hubiera pasado nada.
Buenaas,tienen alguna idea?,me estoy quedando sin.
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