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Carlos Sainz siempre encontraba el momento perfecto para abrazar a Max Verstappen. No importaba dónde estuvieran o con quién estuvieran, Carlos tenía esa manera única de rodear a Max con sus brazos fuertes, atrapándolo en su espacio personal, robándole un pequeño suspiro o una sonrisa sorpresa. A Carlos le encantaba ver cómo el rostro de Max pasaba de concentrado a suavemente relajado con cada abrazo que le daba por sorpresa.
Una tarde en el paddock, Max conversaba animadamente con Lando Norris y Pierre Gasly, riéndose de alguna anécdota que compartían. Carlos, quien estaba cerca pero aparentemente concentrado en una conversación propia, echó una mirada hacia Max. Los rayos de sol caían justo sobre su cabello rubio, y su expresión relajada lo hacía ver aún más adorable de lo habitual. Carlos no pudo resistir.
Con sigilo, Carlos se acercó por detrás y sin previo aviso, envolvió a Max en sus brazos, apoyando la barbilla en el hombro de su novio. Max se sobresaltó al principio, pero rápidamente relajó el cuerpo contra el de Carlos, acostumbrado a este tipo de gestos. Lando y Pierre intercambiaron miradas divertidas, acostumbrados ya a estas muestras de afecto, pero no por eso menos entretenidos.
-Carlos, estamos en medio de una conversación -dijo Max, aunque no hizo ningún esfuerzo por alejarse. Es más, inclinó un poco la cabeza hacia atrás, descansando contra el cuello de Carlos.
-Lo sé -murmuró Carlos en su oído, con una sonrisa juguetona-, pero me encanta abrazarte cuando estás distraído. Eres demasiado lindo para dejarte solo por mucho tiempo.
Max soltó una pequeña risa, rodando los ojos. Sabía que Carlos no se detendría, sin importar cuántas veces le dijera que estaban en público o con amigos. Y la verdad, le encantaba que lo hiciera. Aunque no lo admitiría tan fácilmente, esos abrazos inesperados lo hacían sentir seguro, cómodo, amado.
-Te estás volviendo insoportable, Sainz -bromeó Max, aunque una sonrisa suave curvaba sus labios.
Carlos apretó un poco más el abrazo, disfrutando de la sensación de tener a Max tan cerca. Sabía que había algo especial en esos momentos robados, en esas pequeñas interrupciones en medio de la rutina, donde podía demostrarle a Max cuánto lo adoraba, incluso sin necesidad de palabras.
-¿Insoportable? -dijo Carlos, fingiendo indignación-. No te escuché quejarte ayer por la noche cuando también te abracé de esta manera.
El rostro de Max se tiñó de un leve rubor al recordar la noche anterior. Pierre y Lando soltaron una carcajada al ver la reacción de Max, pero Max simplemente suspiró y decidió dejar que Carlos lo abrazara cuanto quisiera. Al fin y al cabo, en esos momentos era cuando más se sentía feliz.
-Está bien, sigue abrazándome -murmuró Max, fingiendo fastidio-, pero no te acostumbres.
Carlos sonrió, satisfecho, y besó suavemente la mejilla de Max.
-Demasiado tarde para eso, mi amor.
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Bueno, se que para algunos es la primera vez que leen Versainz, lo quería escribir hace mucho pq es un ship que me gusta bastante (siempre más el Lestappen), pero quería saber si les gustaba.
