Jin se sentía atrapado entre dos mundos, dos realidades que parecían completamente opuestas y a la vez intrínsecamente conectadas. Por un lado, estaba Yoongi, con su honestidad brutal, su resistencia y la fragilidad que intentaba esconder bajo una fachada sarcástica. Por otro lado, su familia, siempre exigente, con expectativas inalcanzables y críticas punzantes. Jin sabía que para avanzar con Yoongi, tendría que enfrentarse a esos fantasmas, romper con las cadenas que lo ataban a los ideales de sus padres y encontrar su propio camino.
Esa mañana, mientras tomaba un café con Jimin y Namjoon, Jin dejó caer la noticia de su plan. Jimin y Namjoon lo miraron, sorprendidos al principio, pero rápidamente sus rostros se suavizaron con comprensión.
—Entonces, ¿qué piensas hacer? —preguntó Jimin, su voz suave pero firme. Sabía que Jin había estado luchando con esto durante semanas, si no meses. Había visto cómo la presión de sus padres afectaba a su amigo y también sabía lo mucho que Jin quería hacer que su relación con Yoongi funcionara.
Jin dejó escapar un suspiro, tomando un sorbo de café antes de responder.
—Creo que... quiero hablar con ellos, con mis padres. No para pedirles permiso, sino para que entiendan que esto es lo que quiero. Que Yoongi es importante para mí y que no voy a dejarlo solo porque ellos lo quieran.
Namjoon asintió, su expresión pensativa.
—Es un buen primer paso, Jin. Pero tienes que estar preparado para cualquier cosa. Tus padres pueden no estar listos para aceptar esto... ni ahora ni nunca.
Jin apretó los labios, sintiendo el peso de las palabras de Namjoon. Sabía que tenía razón. Sus padres eran tercos, orgullosos. Siempre habían tenido una visión muy clara de lo que querían para él, y Yoongi no encajaba en esa visión.
—Lo sé —respondió finalmente—, pero tengo que intentarlo. No puedo seguir viviendo con esta culpa y esta distancia entre nosotros. No puedo seguir sintiéndome dividido entre mi familia y la persona que amo.
Jimin sonrió suavemente, apoyando una mano sobre el brazo de Jin.
—Nosotros estaremos aquí para ti, sin importar lo que pase. Yoongi también lo estará, aunque no lo diga en palabras.
—Gracias, Jimin. De verdad... —Jin sonrió levemente, sintiendo un poco de alivio al saber que tenía a sus amigos a su lado.
Namjoon miró a Jin, su expresión seria.
—Sabes, Jin, creo que esta es tu oportunidad de demostrarles a tus padres que no eres el niño que ellos creen que eres. Que eres un hombre capaz de tomar sus propias decisiones, de seguir su propio camino... incluso si no les gusta.
Jin asintió, sus ojos brillando con determinación.
—Sí... tienes razón, Namjoon. Necesito hacerles ver que esto no es una fase, que Yoongi no es solo una rebeldía o una forma de desafiar sus expectativas. Es alguien importante para mí. Es alguien por quien estoy dispuesto a luchar.
Jimin lo miró con aprobación.
—Eso es, Jin. No necesitas que ellos te entiendan completamente, pero sí que respeten tu decisión.
—¿Y si no lo hacen? —preguntó Jin, su voz apenas un susurro, reflejando su mayor temor.
Namjoon dejó escapar un suspiro profundo antes de responder.
—Entonces, tendrás que aprender a seguir adelante sin su aprobación. Pero recuerda, Jin, que no estás solo. Tienes a Yoongi, y a nosotros.
Jin sintió un calor en su pecho al escuchar esas palabras. Sus amigos siempre habían estado allí para él, en las buenas y en las malas. Sabía que esta vez no sería diferente.
—Gracias... en serio, gracias a ambos —murmuró Jin, su voz llena de gratitud.
Días después, en la casa de sus padres...
Jin se paró frente a la puerta de la casa de sus padres, sus manos temblando ligeramente mientras tomaba aire para calmar sus nervios. No había vuelto aquí desde el último enfrentamiento. Los recuerdos de esa noche aún lo perseguían, pero esta vez tenía un propósito claro. Era hora de enfrentarse a ellos, de una vez por todas.
Al abrir la puerta, sintió el aire frío de la casa envolverlo, y de inmediato escuchó las voces de sus padres, bajas pero claras, provenientes de la sala de estar. Caminó hacia ellos, su corazón latiendo con fuerza en su pecho.
—¿Mamá, papá? —llamó, tratando de mantener su voz firme.
Ambos se giraron hacia él, sorprendidos por su llegada inesperada. Su madre fue la primera en hablar.
—Jin... no te esperábamos hoy.
Jin asintió, manteniendo la calma.
—Lo sé, pero necesito hablar con ustedes. Es importante.
Su padre frunció el ceño, cruzando los brazos.
—¿De qué se trata? —preguntó, con una severidad que Jin conocía muy bien.
—Es sobre Yoongi —dijo Jin, sin rodeos. Vio cómo el ceño de su padre se fruncía más y cómo su madre bajaba la mirada, claramente incómoda con el tema.
—Jin, ya hemos hablado de esto —comenzó su madre—. No es adecuado para ti, para tu futuro.
—No hemos hablado de nada —respondió Jin, levantando la voz ligeramente—. Solo han decidido por mí, como siempre. Pero esta vez, quiero que escuchen lo que tengo que decir.
Hubo un momento de silencio tenso antes de que su padre hablara nuevamente.
—Está bien, Jin. Habla.
Jin respiró hondo, tratando de mantener su voz firme.
—Yoongi es importante para mí. Sé que no es el tipo de persona que esperaban que estuviera en mi vida, pero es alguien que me hace feliz. Me hace sentir... como yo mismo, de una forma que nunca había sentido antes.
Su madre negó con la cabeza, claramente preocupada.
—Jin, es un hombre con muchos problemas. No puedes atarte a alguien así. Tienes un futuro brillante por delante, oportunidades que no puedes desperdiciar.
Jin se sintió herido por esas palabras, pero se mantuvo firme.
—Yoongi no es un desperdicio. Sí, tiene problemas, pero todos los tenemos. Y él... él es fuerte, y es bueno. No es la persona que ustedes creen que es. Lo han juzgado sin siquiera conocerlo.
—¿Y tú, Jin? —intervino su padre, su tono severo—. ¿Estás dispuesto a dejarlo todo por él? ¿Tu carrera, tu reputación, tu futuro?
Jin sintió una oleada de emoción atravesarlo. Sabía que esta era la prueba de fuego.
—Estoy dispuesto a luchar por él —respondió Jin con firmeza—. Y sí, estoy dispuesto a enfrentar cualquier cosa si eso significa que puedo ser feliz con alguien a quien amo.
Hubo un silencio prolongado, y Jin vio cómo sus padres intercambiaban una mirada llena de preocupación y desaprobación. Pero no retrocedió. Mantuvo su postura, esperando, sabiendo que esta conversación era solo el comienzo de una larga lucha por su felicidad.
Su madre suspiró finalmente, sin levantar la vista.
—Jin, solo queremos lo mejor para ti...
—Lo sé, mamá —dijo Jin suavemente—. Pero necesito que entiendan que lo mejor para mí es tomar mis propias decisiones. Incluso si no son las que ustedes esperarían.
Su padre finalmente habló, su voz menos severa, pero aún firme.
—Si esto es lo que quieres, Jin... entonces tendrás que probar que es lo correcto.
Jin asintió lentamente, sabiendo que, aunque no había ganado del todo, había dado un paso importante hacia la reconciliación. No sabía cómo terminaría todo, pero ahora sabía que tenía la fuerza para enfrentarlo, con Yoongi y sus amigos a su lado.
Mientras salía de la casa, sintió que un peso se levantaba de sus hombros. Aún había mucho por hacer, pero por primera vez en mucho tiempo, sintió que estaba en el camino correcto.
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Desde los cimientos (Yoonjin)
FanfictionEn una obra llena de recuerdos dolorosos y secretos enterrados, Jin, un arquitecto con un pasado difícil, se encuentra con Yoongi, un obrero que parece conocer demasiado bien las cicatrices de aquel lugar. Lo que comienza como un choque entre dos mu...