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Mónaco, 23 de Mayo del 2024
AUTUMN
Me senté en una silla de las mesas de afuera de la cafetería, el día estaba siendo algo soleado pero me gustaba sentir el calor en mí piel. No es que sea gran fanática de ello, pero, hay veces que eso me mantenía tranquila para poder tener un inicio del día bonito. Tenía frente de mí un chocolate caliente junto a un croissant.
Coloqué la otra bebida y comida enfrente de la otra silla esperando a mí compañero, en éste sería Oscar. Sonreí divertida recordando el suceso de hace dos días viendo el rostro estupefacto de Charles y Carlos, sabía que no esperaban ver a uno de sus amigos pilotos pero tuve la suerte de haber conocido a Oscar hace un año.
En ese tiempo todavía estaba en Canadá, pero como mencioné que me dieron la oportunidad de colocar mis pinturas en un museo, la oportunidad la obtuve gracias a la familia de Oscar. Especialmente hablando de su padre, él y su esposa estaban por las calles de Quebec una vez que decidí hacer de esas pinturas expréss en las calles. Había llegado al punto de estaba urgente por el dinero, pero tuve la suerte de haber llamado su atención porque sin ellos no estaría aquí. Eventualmente ellos me mencionaban de sus hijos, especialmente de Oscar.
Cuando lo conocí en un viaje a Austin, Texas, su familia nos presentó. Él me reconoció inmediatamente diciendo que me conocía porque solía verme acompañar a Charles a las carreras. Ahí es como descubrí que Oscar también era piloto y era del equipo de McLaren junto con Lando. Al inicio se me hacía muy incómodo pensar que aunque quisiera, el mundo de la formula 1 no se podía alejar de mí, sin embargo, Oscar no me hablaba de eso. Conversaba de cualquier tema que viniera su cabeza, lo cual de alguna manera hizo que yo de a poco empezara a tener más confianza con él hasta que nos hicimos amigos.
Soy mayor que él por casi dos años, él tiene 23 años y yo 24 pero, iba a cumplir los 25 en diciembre. Era chistoso la verdad, muchas veces me sentía intimidada por él ya que suele ser más serio pero en cuanto está en confianza es tan tierno. Y no lo digo de la manera romántica, simplemente es lindo mantener una persona así en mi vida.
—Hey. —el australiano se sentó frente de mí sonriente.— Vaya, sabes perfectamente que es lo que me gusta.
—Tienes la suerte que tenemos el mismo gusto de un niño. —bromeé.— ¿Cómo estás? ¿Cómo está tú familia?
—Estoy bien, algo cansado la verdad. —soltó un suspiro tomando del chocolate caliente.— Mi familia está bien, de hecho ayer aterrizaron para ver tú galería. —sonrió.— Creo que usaron de excusa que tenía carrera ésta semana para venir a tú galería.
—No seas bobo. —me reí.— Seguro están emocionados de verte competir.
—Hablando de carreras. —empezó a buscar en sus bolsillos pero frunció el ceño.— Dame un segundo. —se levantó de la mesa yendo a si coche que estaba muy cerca de nosotros para buscar algo. Seguí comiendo de mí croissant que realmente estaba rico, volviendo a ver al australiano frente de mí nuevamente.— Bien, como decía, se que dijiste que no querías volver a ver una carrera pero. —sacó unos pases que podía identificar perfectamente, la diferencia es que éste era de Mclaren.— Realmente quisiera que fueras a apoyarme, entiendo si no te sientes cómoda pero, ya que estás aquí podrías aprovechar a vernos a mí y a Lando. —me extendió los gafetes que dudé en tomarlos, sin embargo, me sentía mal de no hacerlo.
