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Montreal, Canadá, 06 de Junio del 2024.
AUTUMN
Me encontraba en una habitación de hotel viendo por la ventana viendo el atardecer, Montreal se miraba bastante hermoso a esta hora. Bueno, de hecho pensaba que todo Canadá era bastante hermoso, sentía que podía quedarme horas admiración las tonalidades de colores que tenía.
Estaba aquí sin haberle avisado a nadie, Charles me mencionó que mañana tenía que ir a el circuito para las prácticas libres. Me dio un pase a Ferrari, por un momento dudé en tomarlo, pero de alguna manera extrañaba como era estar en una carrera desde el garaje de Ferrari. En todo el viaje habíamos estado conversando, parecía que nada había cambiado en ambos. Me parecía todavía algo muy extraño, pasar de detestar la idea de estar cerca de él a pasar dos días con él.
Era muy raro.
Mi habitación estaba a lado de la suya, así que si necesitaba algo, él venía aquí o yo a su habitación. Aunque, la mayoría del tiempo él venía aquí evitando ser visto por alguien en los pasillos. Se sentía muy extraño estar de ésta manera, no es como que debamos escondernos de alguien pero si nos vieran sus fans empezarían a crear estúpidos rumores. Y de alguna manera, tenían razón si lo miraba desde fuera parecía que estábamos teniendo una aventura pero lo único que hacíamos es hablar por horas, mirar alguna serie o simplemente existir a lado del otro.
Miré la hora en mí celular, todavía era temprano. Eran más o menos las 8 de la noche, algunas personas ya irían a dormir, yo debería de tener sueño pero el cambio de horario era bastante fuerte y me sentía muy despierta. Así que aquí estaba en silencio, Charles se había ido a su habitación para atender una llamada, no quise preguntar pero suponía que era para la próxima carrera. Por mi lado, había hablado con Stella avisando que ya estaba en las tierras canadienses. Había estado emocionada, más cuando le comenté que Charles había la invitado a ella y a Alex también, así que nos veríamos mañana.
Me levanté de mí lugar buscando entre mis cosas mí cámara, solía llevarla algunos lugares para capturar momentos como éstos en los que me hacía recordar que estar en el presente también era bueno. Así es como volví a la ventana tomando una foto de los últimos segundos del sol en el cielo ahora siendo totalmente oscuro, sonreí satisfecha viendo como había quedado.
—Bien, ya terminé. —levanté la vista hacía la puerta que se abria dejando ver al monagesco.— ¿Qué haces?
—Estaba tomando una foto del atardecer, mira. —se acercó a mí para ver de esta y sonreír.— ¿Qué tal la reunión?
—Aburrida. —me extendió la llave de la puerta por tercera vez en el día, ya me había acostumbrado que entrará y saliera cuando quisiera.— Pero, se me ocurrió una idea estando en medio de la reunión.
—¿El qué? —guardé la llave en mi bolso y me acosté en la cama.— Conociéndote, será una idiotez.
—De hecho, puede serlo. —alcé mis cejas esperando que siga.— Pero creo que puede gustarte la idea.
