¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Nueva York, Estados Unidos, 21 de Agosto del 2024.
AUTUMN
Me estaba arreglando porqué hoy era nuestra última salida con Oscar y Max, mañana debían irse en la madrugada para Países Bajos para llegar a tiempo. Alex y Stella habían venido de sorpresa para poder pasar tiempo juntos así que hoy me sentía muy querida, mis amigos también habían integrado muy bien a Grace para que se sintiera cómoda con nosotros. La persona más cercana a su edad era Oscar así que había visto como habían logrado conectar bastante.
Me miré como siempre en el espejo sonriente, estaba usando un jeans altos con un corset negro que marcaba mi cintura, unos tenis blancos. Mi cabello estaba algo suelto y mi bolso, me había maquillado un poco suave hoy, estaba intentando usar menos maquillaje por mi comodidad. Me estaba gustando como me estaba sintiendo últimamente, era mucho más natural pero también sigo usando el estilo que había adaptado hace un tiempo. Es como si estuviera combinando mi yo de antes y mi yo de ahora.
—Autumn. —volteé a ver a Stella quien me miraba con una pequeña sonrisa.— Te ves diferente ¿Sabías? —enarque una ceja.— Muchísimo más tranquila que la última vez que nos vimos.
—Me siento tranquila, al menos conmigo misma me siento tranquila. —sonreí.— Estoy feliz por ti, ¿ya empezaste a organizar la boda?
—Sí. —me miró nerviosa y suspiró.— Espera aquí.
—¿Para qu...—se fue de la habitación dejándome ahí, frunci el ceño sin entender hasta que regresó con una caja en sus manos.— ¿Qué es eso?
—Autumn, tú eres mi mejor amiga, me conoces mejor que nadie y sabe mi vida perfectamente. He podido conocerte, he podido ver como has cambiado por tanto tiempo y por eso me haría el honor que seas mi dama de honor. —extendió el paquete hacia mí con la pregunta ¿Quieres ser mi dama de honor?".
—Stella. —sonreí conmocionada tomando la caja para sostenerla con una mano e ir abrazarla.— Nada me haría más feliz, gracias por pensar en mí.
—Eres la única que pensé para que estuviera conmigo. —sonreí alejándome de ella para quitar unas lágrimas de mis mejillas.— Te amo mucho, ¿entendido?
—Te amo más.
—Chicas, tenemos que irnos. —apareció Alex frunciendo el ceño.— ¿Estás llorando? ¿Qué pasó?
—Aceptó ser mi dama de honor. —la preocupación del semblante a uno más de ternura.
—Awww, la pequeña Laurent se emocionó. —se burló viniendo a abrazarme.— No llores que todavía no es la boda, así que prepárate para dar el discurso.
—¿Qué? —el se alejó para abrazar a su prometida.— ¿Hablas enserió? —los miré a ambos que asintieron con una sonrisa a lo que volví a emocionarme y los abracé con fuerza.— Los amo mucho, enserió estoy feliz por ustedes.
