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Ruan, Francia, 02 de Agosto del 2024.
AUTUMN
Habían pasado dos días desde que había activado mis redes sociales, la cantidad de menciones que llegaban por hora era una locura. Me había negado a ver lo que decían de mí, realmente si no hubiera sido por Red Bull, no hubiera activado la cuenta. Pero, también me dedique a hablarle a mis amigos que no sabían de mi paradero para decirles que estaba bien, no quería asustarlos. Uno de ellos era Max, en el momento que le escribí me contestó desesperado. No le mencione a ninguno donde estaba pero que pronto iba a verlos, ellos me confirmaron la asistencia a la exposición de arte que tenia por lo que ahora estaban más tranquilos.
Me habían enviado las fotos Red Bull luego de haber elegido cuales estarían en la publicación oficial, al parecer las fotos extrañas que nos habíamos tomado con Max no estarían por comodidad de ambos. Agradecí mentalmente que eso haya pasado porque suponiendo que mi imagen estaba de la mierda, empezarían a asumir que estaba intentando algo con Max también. Estaba esperando que que me cayera la notificación de Red Bull para poder yo subir lo mío, estaba dudando sin saber si debería de desactivar los comentarios o si debería dejarlos fluir. Al final encontrarían cualquier manera o lugar para echarme odio.
—¿Qué dijo Charles al saber que ibas a ser el rostro de Red Bull? —apareció Grace con su tablet en sus manos y sentarse en la cama conmigo.
—Estaba celoso, cada que Max se acercaba a mí nos alejaba. —recordé con algo de tristeza, más o menos un mes había pasado de las fotos y ahora no nos hablábamos, de nuevo.— Fue chistoso porqué estaba usando una peluca naranja, vestido como loco y solo hablaba francés para que no lo reconocieran.
—Ese chico está loco por ti. —encogí los hombros.— ¿No te ha escrito?
—No, dejó de hacerlo hace unos días. —hice una mueca triste.— Supongo que se cansó y tiene derecho, me estuvo escribiendo casi por dos semanas enteras.
—¿No has pensado hablarle?
—He querido hacerlo, pero cada que lo intento solo recuerdo las fotos con Alexandra y me siento mal. —reí un poco sin gracia.— Qué difícil es enamorarse, no te lo recomiendo.
—Estoy muy ocupada con mí carrera como para enamorarme. —mostró su tableta donde tenía un montón de teoria, hice una mueca viendo la imagen de unos órganos.— ¿Qué?
—Quita eso de mi rostro, me da asco ver eso. —me miró burlona y negó con la cabeza.— No entiendo como te gusta tanto la medicina, es asqueroso.
—Es más que solo eso, simplemente el cuerpo humano tiene demasiadas cosas que cada día se estudia algo nuevo de el. —levantó la vista de su tablet.— Es más increíble de lo que imaginas.
—No quiero saber. —rodó los ojos y sonreí.— En unos días cumplirás veinte ¿Tienes idea que quieres de regalo?
—No lo sé. —se estrechó en su lugar.— ¿Cuándo es tú exposición?