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Indiana, Estados Unidos, 02 de Julio del 2024.
AUTUMN
Estaba viendo a mi alrededor sosteniendo mí maleta con una mano mientras que con la otra tenía mi celular viendo si tenía algún mensaje de Max, me había avisado hace media hora que iba a llegar a Indiana antes de lo esperado así que ahora estaba esperándolo en el aeropuerto con mis cosas porque acabo de aterrizar también. Mis manos estaban algo heladas por los nervios, Checo también venía con el neerlandés y la modelo, así que iban a ser una sesión de fotos interesantes.
Abri la botella de jugo de naranja para darle un sorbo, tenía la boca seca. En todo el viaje había decidido no tomar nada porqué sabía que luego estaría con muchas ganas de orinar. Luego de mi vuelo a Mónaco, había aprendido a no tomar mucho líquido en un viaje. Mi mente decidió repasar la primera interacción con el monagesco haciéndome sonreír un poco y con ello borré mi sonrisa sacudiendo mí cabeza.
Éstos días había pensando mucho en él, la idea de seguir enamorada de él la aborrecía. Me negué a creer que todavía sentía algo por él ¿Cómo podría volver a enamorarme de Charles? Es imposible, tal vez estaba alucinando y por eso mismo decidí negarme a pensar que era verdad, era probablemente la emoción del momento pero ¿Estar enamorada? Por dios no.
O eso creo.
¡No! ¡No lo estoy!
—Por dios, necesito apagar mi cerebro por un momento. —me quejé.— Max ¿Dónde estás?
—Detrás de ti. —solté un grito, él puso sus manos en sus oídos.— Mierda Autumn, gritas muy fuerte.
—¡Casi me da un paro cardíaco, Max! —toqué mí corazón calmando mi palpitación.— Eres igual a Charles, les encanta asustarme de esa manera.
—No me ofendas así. —blanquee los ojos.— Vamos, tenemos que irnos con Checo y Irina. Ya estan esperándonos en el coche.
—Claro.
Max tomó mi maleta llevándola mientras que yo miraba a algunas personas quienes nos tomaban fotos. Había empezado a acostumbrarme a la idea que las personas ya no me miraban como una persona normal, si no que como una figura pública. Max era más serio que por ejemplo Charles, pero les saludaba con amabilidad. Yo también me limite a hacer eso porque estaba horrible como para tomarme una foto, y sabía que iban a salir fotos mías así pero era diferente que las tomen de lejos a cerca.
—Hola Autumn. —Checo se acercó a abrazarme el cual correspondi.— Autumn, ella es Irina, Irina ella es Autumn. La protegida del paddock.
—¡Un gusto! —saludo la chica emocionada.— He escuchado cosas de ti, es un honor conocerte.
—El gusto es el mio, Irina. —sonreí con amabilidad.
—¿Vamos? —Max apareció sonriente a lo que asentimos, primero entraron Checo con Irina y luego íbamos nosotros.—¿Escuchas eso?
