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CHARLES GANÓ EL GP DE AUSTIN, QUE FELICIDAD AAAAAAH!
Bristol, Reino Unido, 08 de Julio del 2024.
AUTUMN
La mano de Charles estaba entrelazada con la mía mientras mirábamos por la ventana, hoy estábamos yendo en camino al yate de Lando para quedarnos ahi por unos días antes de separarnos e irnos por caminos diferentes. Ésta semana Charles no tenia carrera pero yo debía viajar a Milán para el concierto así que debíamos separarnos.
Desde que habíamos despertado no había dejado de tener contacto físico conmigo, Charles siempre había sido el tipo de chico que necesitaba tener al menos las manos unidas para demostrar que te ama. Siempre había sido así pero ahora parecía que no dejaba de tenerme a su lado ni un segundo, para algunas personas podría ser asfixiante pero no negaré que también quería estar cerca de él. Lo miré de reojo que estaba relajado viendo por la ventana, se dio cuenta que lo estaba viendo por lo que se dio la vuelta y sonrió.
—¿Todo bien? —se acercó un poco para acariciar mi mejilla, mordí un poco mi labio inferior embobada por él.— No hagas eso. —pasó su dedo pulgar por mi labio, aquello me hizo suspirar.
—Está todo bien, es sólo que me gustas mucho. —mencioné con sinceridad, sonrió divertido acercándose a mí para besarme. No sé qué tenía Charles pero siempre me hacía suspirar, por mucho que intenté fingir que no siempre me trae como su boba.— Detente capitán, esas manos. —sus manos habían bajado por mis piernas subiendo un poco.
—Lo siento. —sonrió avergonzado.— Es que cuando se trata de ti, no puedo controlarme. —me acerqué mejor quitando el cinturón de seguridad yendo a su asiento para sentarme en sus piernas.— No estás ayudando, preciosa.
—Tal vez una sesión de besos pueda ayudar. —miré al chófer que tenía cerrada la ventana que dividía los asientos de adelante y donde estábamos nosotros.— Prometo no ser muy ruidosa. —mencioné divertida viendo como suspiraba para posicionar sus manos en mí cintura.
—A veces te odio, Brielle.
No me dejó contestar uniendo nuestros labios sin importarle que mi vestido se subió un poco, como pudo me levantó para sentarme en sus piernas en horcajadas. Era arriesgado, dios mío, y así como muchas veces me dejé guiar por lo que hacía sintiendo la adrenalina de la situación. Él siempre había sabido como convencerme de terminar en éste tipo de situaciones, sin embargo, no llegamos a más que besos porqué el coche se estacionó así que debíamos bajar. Pude ver como se frustraba, bajé la mirada viendo como estaba notablemente encendido así que me reí.
—¿Te parece divertido? —enarco una ceja aun sosteniendo mí cintura.— No creo que te haga gracia cuando no te permita correrte aún si me lo súplicas. —mi garganta se quedó seca, mierda, había olvidado lo dominante que se ponía Charles.— ¿Qué? ¿Ya no eres tan valiente, chéri? —se burló a lo que rodé los ojos intentando no sonreír como boba.
