Minho y Gally me llevaron con cuidado a mi cabaña, asegurándose de que estuviera lo más cómoda posible mientras me acomodaban en una cama improvisada. Una vez me dejaron en la cama y aseguraron que estuviera bien, la tensión entre ellos se hizo palpable.
“Por tu culpa, ella ya no podrá correr. Eres un imbécil,” dijo Minho con furia, su voz resonando en la pequeña habitación. Su mirada estaba fija en Gally, quien se mantenía de pie cerca, con los puños apretados y una expresión de frustración en su rostro.
Gally, visiblemente agotado por la confrontación y el estrés, intentó mantener la calma. “No quiero pelear, Minho,” dijo con un tono cansado, tratando de desviar la atención de la discusión. “Ya sé que fue un error. No necesitas gritarme.”
Minho, aún enojado, lanzó una mirada dura a Gally. “Esto no es solo acerca de un error. Es sobre cómo tratas a las personas. No puedes simplemente tratarlas como si fueran herramientas sin pensar en las consecuencias.”
Gally, respirando profundamente, trató de controlar su temperamento. “Lo siento, está bien. No necesitaba que me lo recordaras de esa manera,” respondió, su voz tensa pero controlada.
Sarten, que había estado en silencio durante la conversación, se acercó para mediar. “Chicos, necesitamos calmarnos. Lo más importante ahora es que ella se recupere. Podemos hablar de esto más tarde cuando estemos más tranquilos.”
La tensión en la habitación no se disipó por completo, pero la intervención de Sarten ayudó a enfriar un poco el ambiente. Minho finalmente dio un paso atrás, aún molesto pero tratando de controlar su enojo, mientras Gally se mantenía en silencio, claramente afectado por la confrontación.
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Dentro del área
AcciónHistoria sin fin con Gally dentro del área, peleas y sentimientos encontrados