Capitulo 32: Ataque de celos

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Me alejé de Gally, aún sintiendo el peso de la desilusión en el pecho. No podía dejar de pensar en lo que acababa de suceder, en la mezcla de emociones que me recorrían, y en cómo todo se había vuelto tan complicado tan rápido. ¿Por qué Gally tenía que ser así? ¿Por qué esa rabia y esa necesidad de controlar lo que no le correspondía?

Antes de poder profundizar más en mis pensamientos, noté la figura de Sarten acercándose a Gally. Siempre tan observador, parecía haber captado lo que nadie más había dicho en voz alta. Sin rodeos, se detuvo frente a él, con una expresión que mezclaba curiosidad y una pizca de diversión.

"¿Eso fue un ataque de celos?" preguntó Sarten, mirándolo de reojo mientras cruzaba los brazos.

Gally, que hasta entonces había mantenido la mirada fija en el suelo, alzó la vista de golpe, claramente incómodo ante la insinuación. Su rostro se tensó por un momento, pero no pudo evitar que el leve rubor en sus mejillas lo traicionara.

"¿Qué importa?" respondió con brusquedad, evitando la mirada de Sarten y haciendo un esfuerzo evidente por contenerse.

Sarten levantó una ceja, como si disfrutara del pequeño momento de incomodidad de Gally. Pero antes de que pudiera decir algo más, una voz conocida irrumpió en la conversación.

"¡Si eso fue!" La voz burlona de Minho cortó el aire, seguido de una carcajada que hizo que algunos chicos cercanos miraran con curiosidad. Minho se acercó con su típica sonrisa, esa que siempre tenía cuando encontraba la manera perfecta de provocar a alguien.

Gally frunció el ceño y dio un paso hacia Minho, claramente irritado por la burla. "No te metas en esto, Minho," gruñó.

"¿Qué? ¿No puedo comentar cuando veo algo interesante?" dijo Minho, alzando las manos en un gesto de falsa inocencia. "Todos lo vimos, Gally. Fue un espectáculo bastante entretenido."

Gally apretó los puños, como si estuviera a punto de lanzarse contra Minho, pero Sarten rápidamente puso una mano en su hombro para calmarlo. "Vamos, tranquilo," le dijo en un tono conciliador. "No te lo tomes tan a pecho."

Minho, siempre tan rápido con las palabras, no perdió la oportunidad de seguir hablando. "Es solo que... nunca pensé que te vería tan afectado por alguien. Y mucho menos de esa manera." Su sonrisa se ensanchó, como si estuviera disfrutando cada segundo.

"¡Cállate!" rugió Gally, dando un paso más hacia él, pero Sarten intervino de nuevo, poniéndose entre los dos.

"Ya basta, Minho," dijo Sarten con un tono más serio esta vez. "No es el momento de hacer bromas."

Minho soltó un suspiro exagerado, pero cedió. "Está bien, está bien," dijo, levantando las manos en señal de paz. "Solo digo que tal vez deberías relajarte un poco, Gally. No todo es un ataque personal."

Sarten miró a Gally de manera más seria, como si buscara entender lo que realmente pasaba por su mente. "¿Celos, Gally? Eso no es propio de ti," le dijo en voz baja, para que solo él lo escuchara.

Gally no respondió de inmediato. En su lugar, apretó la mandíbula y desvió la mirada. No estaba dispuesto a admitir lo obvio, pero todos sabían que la verdad era innegable.

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