Capitulo 17: El ascenso

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Al día siguiente, cuando me desperté, el dolor había desaparecido por completo. No podía creerlo. Me levanté con facilidad, estirando la pierna para comprobar si todavía quedaba algún malestar, pero no había ni rastro. La herida se había curado, y no había ningún impedimento para que volviera a moverme con normalidad.

Decidí que era hora de reunirme con los chicos. Cuando salí de la cabaña, el aire fresco me llenó de energía. Newt, Sarten y Chuck me vieron venir a lo lejos, y sus rostros se iluminaron al verme caminar sin problemas.

“¡Mira quién está de vuelta!” exclamó Chuck, corriendo hacia mí con su habitual entusiasmo. “Sabía que te pondrías bien rápido.”

Sarten me dio una palmada en la espalda, sonriendo ampliamente. “Es genial verte de pie otra vez. Sabía que no te quedarías fuera mucho tiempo.”

Newt, aunque más reservado, también sonrió, con un brillo de alivio en sus ojos. “Me alegra verte mejor. Pensé que tendrías que descansar más, pero parece que eres más fuerte de lo que pensábamos.”

Antes de que pudiera responder, Minho apareció corriendo desde la distancia. “¡Oye! Parece que ya estás lista para volver a la acción,” dijo, con una sonrisa orgullosa en su rostro. “Justo a tiempo, porque Alby nos citó a todos para una reunión importante.”

“¿Una reunión?” pregunté, sintiendo curiosidad.

Newt asintió. “Sí, parece que es para algo relacionado con los corredores… y contigo.”

Con el corazón acelerado, caminé junto a los chicos hacia el centro del Área, donde Alby había reunido a todos. La multitud estaba dispersa, pero la mayoría de los corredores ya estaban presentes, junto con otros habitantes del Área. Alby, con su actitud seria y firme, se encontraba de pie frente a todos, esperando que llegáramos.

Cuando nos acercamos, Alby me lanzó una mirada rápida, evaluando mi estado. Luego, con una pequeña sonrisa de aprobación, comenzó a hablar.

“Hoy nos hemos reunido para discutir un tema importante,” comenzó, su voz fuerte y clara. “Nuestra nueva compañera ha demostrado una sorprendente recuperación, y tras consultar con Minho y los demás corredores, hemos decidido darle una oportunidad para formar parte de su equipo.”

La multitud murmuró entre sí, pero la mayoría de los chicos sonreían o asentían, claramente emocionados por la noticia. Sentí una oleada de emoción y orgullo crecer en mi interior. Ser corredora era una de las mayores responsabilidades del Área, y ahora tenía la oportunidad de demostrarme.

Sin embargo, mientras Alby hablaba, una voz interrumpió la armonía de la reunión.

“¿En serio?” Gally, con los brazos cruzados y su expresión fría, avanzó desde el fondo de la multitud. “¿Vamos a poner a la novata a correr? ¿Tan desesperados estamos?”

Los murmullos se detuvieron de inmediato, y todos los ojos se volvieron hacia él. Newt y Minho fruncieron el ceño, claramente molestos por la interrupción.

“Gally,” dijo Alby, en un tono de advertencia, pero Gally no parecía dispuesto a detenerse.

“Es ridículo. Apenas lleva unos días aquí, y ya la quieren meter como corredora. No sabemos nada de ella. ¿Y si no podemos confiar en ella? ¿Y si se quiebra en medio del Laberinto?”

Sentí cómo la rabia crecía dentro de mí, pero me mantuve en silencio, dejando que Alby manejara la situación.

“Gally, esto no es decisión tuya,” respondió Alby con firmeza. “Minho y los demás corredores han visto su potencial, y confían en que puede hacer el trabajo. Si tienen fe en ella, yo también.”

Gally soltó una risa sarcástica, mirando a su alrededor como si no pudiera creer lo que estaba escuchando. “Claro, porque siempre funciona bien confiar en los nuevos. Solo recuerda lo que pasó la última vez que confiamos ciegamente en alguien.”

Newt, que había estado manteniendo la calma hasta ese punto, dio un paso adelante. “Eso es suficiente, Gally. Si tienes algún problema con las decisiones de Alby o de los corredores, puedes hablarlo después. Pero no vamos a dejar que arruines este momento.”

La tensión en el aire era palpable. Gally me miró con desdén, como si cada palabra que se decía solo sirviera para alimentar su enojo. Sin embargo, finalmente, después de un largo y silencioso enfrentamiento de miradas, Gally retrocedió, aunque no sin dejar su último comentario.

“Solo digo… no me sorprendería si termina siendo una carga más para todos nosotros.”

Con esas palabras, se dio la vuelta y se alejó, dejando una sensación amarga en el aire. Los demás chicos parecían incómodos, pero Alby retomó la reunión rápidamente.

“Como decía,” continuó Alby, ignorando a Gally, “esta es una oportunidad para demostrar que puede aportar al equipo. Minho se encargará de su entrenamiento, y cuando esté lista, tomará su lugar como corredora.”

Minho me sonrió y asintió, mostrándome su apoyo silencioso. A pesar de las palabras de Gally, sentí un calor reconfortante al ver que tenía a tantas personas respaldándome. Sabía que el camino sería difícil, pero estaba más decidida que nunca a demostrar que podía hacerlo.

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