Capitulo 33: Sueños compartidos

132 7 0
                                        

Me senté en un tronco cerca de donde solemos hacer la fogata, buscando un momento de tranquilidad en medio de todo el caos. El día había sido agotador, no solo físicamente, sino emocionalmente. Cerré los ojos por un segundo, intentando procesar lo que estaba pasando, cuando sentí una presencia a mi lado.

Thomas se acercó despacio y se sentó junto a mí, sin decir nada al principio. Solo su compañía ya era suficiente para que mis pensamientos se arremolinaran. Lo miré de reojo, tratando de leer lo que pasaba por su mente, pero él mantenía la vista fija en el suelo, como si también estuviera perdido en su propio mundo.

De repente, un ruido fuerte rompió el silencio. Giré la cabeza rápidamente y vi a Gally, a lo lejos, con el rostro lleno de furia. Había tomado un pedazo de madera y lo lanzó con tanta fuerza que el ruido resonó por toda el Área. Todos voltearon a mirar, pero él no se preocupó por las miradas, solo por la rabia que lo consumía. Lo miré por un momento, sintiendo una mezcla de tristeza y frustración, pero volví a centrarme en Thomas.

“Parece que nunca se va a calmar,” dije en voz baja, más para mí misma que para él.

Thomas soltó un suspiro, pero no hizo comentarios sobre Gally. En su lugar, se inclinó un poco hacia adelante y habló en un tono más serio, casi como si hubiera estado esperando el momento correcto para decirlo.

"Yo… también soñé contigo," dijo de repente, mirándome a los ojos por primera vez desde que se había sentado.

Mis ojos se abrieron de par en par. "¿Qué?"

Thomas asintió, con una mirada que reflejaba una mezcla de confusión y certeza al mismo tiempo. "Antes de llegar aquí… soñé contigo. No sabía quién eras, ni por qué, pero te vi. Y cuando te vi hoy, cuando te miré por primera vez, lo supe. Eras tú."

Mi corazón comenzó a latir más rápido. Sentí que mi mente volvía al sueño, a esa extraña sensación de familiaridad, y a su voz diciendo mi nombre. Un escalofrío recorrió mi espalda. “Yo también soñé contigo,” susurré, casi sin poder creerlo.

"Lo sabía," dijo Thomas, asintiendo con la cabeza. "Había algo en ese sueño. No era solo un sueño común. Era como si… nos estuvieran tratando de decir algo, de conectarnos de alguna manera."

"¿Pero por qué?" pregunté, casi temblando por la intensidad del momento. "¿Qué significa todo esto? No entiendo."

Thomas miró al suelo por un momento, claramente luchando por encontrar respuestas. "No lo sé. Pero lo que sí sé es que no es una coincidencia. Nos trajeron aquí por una razón, y creo que nuestros sueños tienen algo que ver con eso."

Asentí lentamente, intentando procesar todo. Había tantas preguntas sin respuesta, tantos misterios alrededor de este lugar, y ahora esto. "En mi sueño… tú me llamabas por mi nombre, pero yo no lo recordaba hasta que te vi."

"Y en el mío," dijo Thomas, "tú parecías conocerme, pero no podíamos hablar. Era como si algo nos estuviera deteniendo. Todo era borroso."

Nos quedamos en silencio por un momento, ambos inmersos en nuestros pensamientos. La presencia de Gally seguía pesando en el ambiente, pero en ese instante solo importaba lo que Thomas y yo habíamos compartido, lo que había enredado nuestras mentes mucho antes de que nuestros cuerpos llegaran aquí.

“¿Qué crees que significa?” le pregunté finalmente, buscando algún tipo de orientación en su respuesta.

“No lo sé,” respondió él, con la misma honestidad que yo sentía. “Pero sé que no estamos aquí por casualidad. Algo más está pasando.”

Entonces, Thomas rompió el silencio, acercándose aún más a mí. Sentí su mano rozar suavemente mi mejilla, una caricia ligera pero llena de intención. Mi piel se estremeció al contacto, y mis pensamientos se nublaron por un segundo. Thomas me miró profundamente, con una mezcla de comprensión y algo más que no podía descifrar.

"Solo sé que quiero que estés bien," murmuró mientras su pulgar trazaba pequeños círculos en mi piel.

Antes de que pudiera decir algo, sentí una presencia que cortó el momento. Gally. No necesitaba mirar para saber que estaba furioso. Escuché sus pasos rápidos y pesados acercándose, y antes de que pudiera reaccionar, Gally ya estaba frente a Thomas, mirándolo con furia contenida.

“¿Qué crees que estás haciendo?” la voz de Gally sonaba ronca, casi rota por la rabia.

Thomas no se inmutó, pero su mano cayó de mi mejilla lentamente. “No estoy haciendo nada que a ti te importe, Gally.”

"¿Que no me importa?" Gally dio un paso más cerca, su rostro tan cerca del de Thomas que casi se tocaban. “Todo lo que tiene que ver con ella me importa. Y te dije que te alejaras.”

Thomas se levantó despacio, manteniendo la calma, aunque noté que sus músculos se tensaban. “Ella puede decidir por sí misma, Gally.”

“Te lo advierto, Thomas,” gruñó Gally, empujándolo con una mano en el pecho, “no vuelvas a acercarte a ella.”

Observé la tensión en el aire, sabiendo que estaba a punto de explotar.

Dentro del área Donde viven las historias. Descúbrelo ahora