Capitulo 19: Gritos y lagrimas

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La frustración explotó dentro de mí, y sin poder controlarlo más, solté las palabras que había estado conteniendo.

"¡Entonces vete al carajo, Gally!" grité, sintiendo cómo las emociones se desbordaban con cada palabra.

Gally se detuvo en seco, dándose la vuelta con una furia palpable en sus ojos. "¿Qué dijiste?" Su voz resonaba en el aire, cortante y cruel. "¡Eres una inútil! Siempre lo has sido, y lo seguirás siendo. ¡Nunca encajarás aquí, porque eres una carga para todos nosotros!"

Sus palabras cayeron sobre mí como golpes. Mi corazón se encogió, y antes de darme cuenta, las lágrimas comenzaron a brotar de mis ojos. Intenté mantenerme fuerte, pero cada insulto suyo me quebraba un poco más. Sentí el calor en mis mejillas mientras mis lágrimas caían, y la presión en mi pecho se hacía insoportable.

"¡Ni siquiera deberías estar aquí! ¡Mírate! Eres débil, patética. ¡Solo estás aquí para ralentizarnos!" escupió Gally, acercándose con cada palabra como si quisiera hundirme aún más.

"¡Gally, basta!" intenté detenerlo, mi voz débil y quebrada. Pero él no se detuvo.

"¿Sabes qué?" continuó con una sonrisa amarga. "Tú y yo no somos tan diferentes, pero hay algo en ti que me repugna. ¡Siempre tratando de demostrar algo, cuando todos sabemos que no vales nada! ¡Eres solo una niña perdida que estorba en el camino!"

Mi pecho se apretaba tanto que apenas podía respirar. No podía soportar más. Me di la vuelta y comencé a correr, escapando de él, de todo. No importaba a dónde iba, solo quería estar lejos.

Mis pies me llevaron hacia los árboles, donde el aire fresco parecía un alivio temporal, pero al detenerme y mirar hacia atrás, pude ver a Gally parado ahí, mirándome con una mezcla de enojo y... ¿tristeza? Era casi imperceptible, pero sus ojos delataban algo más, algo que su boca nunca admitiría.

Antes de que pudiera procesar lo que acababa de pasar, escuché pasos apresurados y la figura de Minho apareció. Sin dudarlo, Minho avanzó hacia Gally, y en un movimiento rápido, lo golpeó directamente en la cara.

"¡¿Qué demonios te pasa?!" gritó Minho, furioso. Gally apenas tuvo tiempo de reaccionar antes de que Minho lo empujara con fuerza. "¡No puedes hablarle así! ¡No tienes derecho, idiota!"

Gally, aún tambaleándose por el golpe, no se defendió. Su rostro mostraba una mezcla de sorpresa y resignación. No dijo nada. No devolvió el golpe. Simplemente se quedó allí, con la mandíbula apretada, mientras la sangre comenzaba a correr por su labio partido.

Yo, con el corazón roto y las lágrimas aún cayendo, me escondí detrás de los árboles, observando la escena con una sensación de impotencia. Quería intervenir, pero estaba demasiado abrumada. No podía soportar más dolor, ni físico ni emocional.

Minho, enfurecido, se acercó a Gally, pero esta vez su tono fue más bajo, más controlado. "No voy a dejar que sigas tratándola de esta manera, ¿me oyes? Si tienes un problema con nosotros, lo solucionamos. Pero no más de esto."

Gally no dijo nada, solo asintió lentamente, con los ojos fijos en el suelo, mientras Minho, tras lanzarle una última mirada de advertencia, se giró para buscarme. Sabía que tenía que enfrentar lo que acababa de pasar, pero en ese momento, solo quería desaparecer.

Me senté entre las raíces de un árbol, abrazándome a mí misma mientras las lágrimas seguían cayendo, sintiendo el peso de las palabras de Gally y el caos que había dejado a su paso.

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