La luz en la oscuridad

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La luz dorada que emanaba de la estatua iluminó las ruinas de Yanahuara como si el mismo sol se hubiera despertado en el corazón de las montañas. Amaru, Nina y Kuntur observaron con cautela mientras el resplandor comenzaba a expandirse, proyectando sombras largas y bailantes alrededor de ellos. El símbolo que se revelaba en la estatua era una espiral que giraba lentamente, como si estuviera viva.

—Esto debe ser una señal —susurró Amaru, cautivado por la belleza y el misterio de la escena.

Nina se acercó lentamente, con las manos extendidas hacia el símbolo. Cuando sus dedos tocaron la piedra, un destello de energía la recorrió, haciéndola retroceder un paso.

—Es antiguo... pero no es hostil —dijo con un tono pensativo—. Es una puerta o una guía, pero necesitamos descifrar el lenguaje de los Apus para activarla.

Kuntur, que hasta entonces había permanecido alerta al posible regreso de los siervos del Oscuro, se acercó a la estatua con precaución.

—¿Una guía hacia dónde?

Nina cerró los ojos, concentrándose en las vibraciones que emanaban de la piedra. Finalmente, después de un largo momento de silencio, habló:

—Nos muestra el camino hacia el Khipu. Está más allá de las montañas, en un lugar oculto entre el mundo de los vivos y los muertos.

Las palabras de Nina llenaron el aire de una sensación de urgencia. Amaru sintió un nudo en el estómago; el viaje estaba lejos de terminar, y las dificultades que los esperaban serían aún mayores.

—Debemos movernos rápido —dijo Amaru—. El Oscuro nos sigue de cerca, y cada vez que avanzamos, sus sombras se acercan más.

Con la luz de la estatua como su guía, el grupo emprendió el camino hacia lo desconocido, sabiendo que el destino del mundo andino dependía de su éxito.

El Legado de los ApusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora