El Legado de los Apus

La caída de un héroe

El Oscuro se movía lentamente hacia el altar, su presencia envolviendo todo a su paso. Con un simple gesto, lanzó una ola de sombras hacia Amaru, que apenas logró esquivarla. Sabía que el Oscuro no solo quería el Khipu, sino que también quería destruir su espíritu, hacerle dudar de sí mismo.

—Estás jugando con un poder que no comprendes, muchacho —dijo el Oscuro, su voz retumbando en la sala—. El Khipu no te pertenece. Solo aquellos que comprenden el verdadero significado del destino pueden controlarlo. Y tú no eres uno de ellos.

Amaru apretó el Khipu con fuerza, intentando no dejarse llevar por el miedo.

De repente, el Oscuro lanzó otro ataque, más fuerte esta vez, una oleada de pura oscuridad que envolvió la sala. Kuntur se lanzó hacia Amaru para protegerlo, recibiendo el impacto de lleno. Fue arrojado al suelo, su cuerpo herido gravemente por la fuerza del golpe.

—¡Kuntur! —gritó Amaru, corriendo hacia su amigo.

Kuntur, con dificultad, intentó levantarse, pero su cuerpo estaba cubierto de heridas profundas. Aún así, con una sonrisa débil en el rostro, le habló a Amaru.

—No... te detengas —dijo con voz entrecortada—. Debes terminar lo que empezamos.

Amaru sintió una punzada en el corazón. Kuntur, su amigo, había dado todo por protegerlo, y ahora estaba a punto de perderlo. Las lágrimas llenaron sus ojos, pero sabía que no podía detenerse. El sacrificio de Kuntur no podía ser en vano.

—Lo haré, Kuntur —susurró, apretando los puños con determinación—. Te lo prometo.

Con el Khipu en las manos, Amaru se levantó, enfrentándose nuevamente al Oscuro.