El descanso del Khipu

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Dentro del santuario, el aire era pesado y denso con la energía de los Apus. Amaru, con el Khipu en sus manos, se acercó al altar central. En ese lugar, una piedra antigua con inscripciones sagradas estaba esperando el artefacto.

Amaru respiró hondo, sabiendo que, al poner el Khipu sobre esa piedra, liberaría al mundo de su poder para siempre.

—Nina... —murmuró, recordando las palabras de su amiga y su sacrificio.

Con un movimiento suave, colocó el Khipu sobre el altar. Inmediatamente, el santuario comenzó a brillar con una luz dorada, y los hilos del Khipu se desenredaron, flotando en el aire como si fueran guiados por una fuerza divina.

La luz llenó todo el lugar, y el Khipu se transformó en pura energía, ascendiendo al cielo, donde los Apus lo recibieron.

El santuario quedó en silencio después de eso. Amaru sintió una paz profunda en su interior. El Khipu, y todo su poder, estaba ahora donde pertenecía: fuera del alcance de cualquier ser humano.

Inti colocó una mano en el hombro de Amaru.

—Lo logramos.

Kuntur, aún silencioso, observó el cielo, donde la luz del Khipu se había desvanecido.

—Sí —murmuró—, lo logramos.

El legado de Nina, el Oscuro y el Khipu quedaría para siempre en los corazones de aquellos que vivieron esa historia.

El Legado de los ApusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora