El regreso a Qosqo

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Tras superar las pruebas de los Apus, Amaru, Inti, Chaska y Kuntur regresaron a Qosqo. La ciudad había cambiado, ahora en calma tras los disturbios provocados por Achachi y sus seguidores. Los habitantes los recibieron con respeto, pero también con un temor reverente. Habían escuchado rumores sobre los Guardianes y su conexión con las montañas, los espíritus y los antiguos poderes.

Amaru, aunque satisfecho por haber restaurado la paz, sentía una inquietud profunda. Los Apus les habían asegurado que el poder del Khipu estaba sellado, pero la prueba había dejado una cicatriz en su alma. Sabía que, aunque el mal había sido derrotado, su propia naturaleza estaba cambiando, alejándolo más de la humanidad.

Una noche, mientras los cuatro Guardianes discutían los pasos a seguir, Chaska, con su sabiduría serena, dijo:

—Hemos cumplido con nuestra misión, pero el precio ha sido más alto de lo que imaginamos. Hemos sellado el poder del Khipu, pero también nos hemos separado de nuestro mundo.

Kuntur, siempre el guerrero, asintió.

—Hemos dado nuestras vidas por esto. No queda más por hacer aquí.

Pero Amaru no estaba tan seguro. Sentía que aún había algo que no había comprendido del todo, una verdad más profunda que aún no había sido revelada.

El Legado de los ApusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora